Organiza tu cuerpo cuando vaya,
elige los lugares que prefieres,
prepara las caricias de mis manos
y dime dónde esperas que se queden;
con los labios haremos tema aparte,
que viajen lentos, dulces, permanentes,
si recorren la piel, que la humedezcan,
y con mucha dulzura, si te muerden;
la savia de los besos derramada
en la voz de los venas se estremece,
que han abierto las rosas encendidas
y gime la azucena cuando asciende.
Solo entonces consiento que tus ojos
se vayan de mis ojos y se cierren.
Fantástico
ResponderEliminarEstupendo
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