Caminos que terminan en caminos |
bancos solitarios |
robles encendidos |
plazoletas y bancos solitarios |
por bóvedas trenzadas de castaños |
No cabe tanto otoño en el Retiro,
parece
un festival de viejos ramos;
recogieron
las lluvias los senderos,
cantan
las hojas secas nuestros pasos;
por
la mañana hacia el Archivo cruzo
por
bóvedas trenzadas de castaños;
surge
un bosque de robles encendidos,
plazoletas
y bancos solitarios,
caminos
que terminan en caminos;
andar
y andar y andar, ¿adónde vamos?
quiero
decir lo que el otoño dice,
lo
que me va diciendo cuando paso.
Hasta
la puerta de Murillo llego;
me espera en el archivo Alonso Cano
Puerta de Murillo, al entrar |
Puerta de Murillo, al salir |
cantan las hojas secas nuestros pasos |
Si pudiera saltaría dentro de las fotos y ya no necesitaría leer el poema, precioso por cierto.
ResponderEliminarNo cabe el Retiro en el Otoño, amigo. Un saludo, muy bonito!
ResponderEliminar....nunca supuse que las palabras no fueran necesarias....y al ver las profundidades de las fotos, pues me deslumbraron con sutileza y suavidad los efectos quietos y contorneados del paisaje, que me hizo volver al ínstante aquél en que disfrute de alguien...
ResponderEliminar...y ¿que sería del mundo-paisaje al faltar el protagonista del universo satelital?
Dímelo, por favor! Gebere.
Gracias por los comentarios. No sé, tercer anónimo, qué es lo que pides ni quién es Gebere.
ResponderEliminarHace ¡tantos años! que no paseo por Madrid....Ni por El Retiro. Mi Retiro, que veía desde casa y al que llegaba nada más cruzar la Ave-
ResponderEliminarnida.
Ya no es mi casa. Pero sigue siendo MI Retiro. A pesar de la distancia. A pesar de los años.
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