Hoy he dado mi última clase en la universidad. Bueno, un modo de clase, pues consistía en la representación por parte de los alumnos del curso de teatro clásico español (segundo de grado) de una obra de Lope, El Perro del Hortelano, y un entremés de Cervantes (El juez de los divorcios) que han ido leyendo, preparando y estudiando a lo largo del curso.
Dedicaré otra breve entrada a la obra, su representación, los actores, los demás, etc. Ahora unos breves párrafos para esta última ráfaga con alumnos, al fin y al cabo llevo más de cuarenta años con ellos y esa ha sido toda mi actividad, encaminada a su formación.
Y una de las muchas listas del libreto que nos han entregado, en donde no está solo el esfuerzo, la ilusión y el conocimiento para hacer algo, también algo que esperamos que no se corrompa con el tiempo, y que no hace falta explicar en la época del mercantilismo y la corrupción.
La entrada se inicia con la foto colectiva de rigor, en la que posamos todos. Yo creo que se ve claramente que necesito descansar, pero también que estoy contento con lo que he hecho tanto tiempo....
Felicidades por todo ese tiempo enseñando que seguro han disfrutado tus alumnos, no hay más que ver estas fotos, aunque sean los últimos, representan a todos los anteriores. Y felicidades para el tiempo que vendrá...
ResponderEliminarTambién en las relaciones profe/alumnos se necesita la compensación y la correspondencia; y yo he tenido excelentes alumnos, como tú, Mercedes.
EliminarBueno, yo también he sido uno de tus alumnos y tengo sentimientos que podríamos reducir quizás a la melancolía... Me consuela el saber que seguiremos, de una u otra manera, coincidiendo en el camino.
ResponderEliminarY desde ya años tú también ejerces, Pedro.
EliminarUn abrazo
Disfruta de la siguiente etapa. Has sido uno de los mejores profesores que he tenido nunca. Y, sí, han sido pocos.
ResponderEliminarMuchas gracias, anónimo. No veas lo bien que me sientan ahora esos piropos.
EliminarAhora viene lo mejor, Pablo. Si, disfruta.
ResponderEliminarViene lo distinto también, ¿no?
EliminarUn abrazo, Estrella.
Hola, Pablo. Se me ha roto el móvil y he perdido los contactos. ¿Puedes mandarme de nuevo tu teléfono? Un beso, Adriana.
ResponderEliminarTe lo he mandado por correo, Adriana.
EliminarDisfruta de tu nueva etapa sin melancolía. Yo también me siento afortunada de haberte tenido como profesor. Creaste escuela.
ResponderEliminarUna granadina.
Gracias, granadina. Ahora podré viajar allí más tranquilamente.
EliminarGracias por ser un maestro grande como pocos. Has avivado mis ganas de aprender de una manera inimaginable. Te deseo mucha suerte y dicha.
ResponderEliminarM.A.
Un camino a veces muy díficil pero siempre recompensado por los alumnos; no pienses que vas a librar de nosotros. Quita la última foto y pon alguna en la que esa con cara de teatrera frustada esté guapa; si es que las hay!!!! El mundo es un teatro, El gran teatro del mundo!!!! Anónimo: Lola
ResponderEliminarSí, Lola Noguera estaba muy feliz..., ya están enganchados para siempre; lo han hecho muy bien, han trabajado mucho y lo poquito que les ha enseñado sobre telas, trajes..., lo han bebido!!! Felicidades a los chicos y a ti. Anónima: Lola Noguera
ResponderEliminarQué genial última clase. Millones de gracias por todo, Pablo, por la confianza y oportunidades que nos has ofrecido a tantos de nosotros. Abrazos desde Philadelphia!
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