Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

jueves, 2 de febrero de 2012

Garcilaso el melodioso (I)



No son muchas las veces que se ha estudiado la nueva melodía de Garcilaso, aunque las alusiones se reiteran cada vez que se habla de sus versos. Esta nota y las que seguirán van a ser muy simples. Haré lo contrario: señalaré las melodías nuevas logradas por Garcilaso al hacer sonar los endecasílabos. Cito siempre por la ed. de Herrera (1580), que es la de la ilustración.
Para mis alumnos de la UAM son estas notas:  este año estrenan poesía de los siglos XVI-XVII y me padecen. 

La base del nuevo sonido es en un tanto por ciento muy elevado lo que se llama y yo llamo sonido sáfico, ritmo que se balancea, en cualquiera de sus variantes puras

4.6  escurecerse toda y enturbiarse
4.8  que con la dulce soledad se abraza

más o menos largas o cortas (siempre sobre el eje 4.6/8)

2.4.6      algún placer que presto desfallece
2.4.8      quizá que el sueño le dará durmiendo
2.4.6.8   el agua dulce desta clara fuente
4.6.8      y en el verano más que nieve elada

algunas veces con una modalidad que arranca desde 1

1.4.6  quiero mudar lugar y a la partida
1.4.8 O hermosura sobre el ser umano

o desde 2, y entonces  confluye con el sonido “heroico”, en su modalidad larga

2.6.8   en medio del invierno está templada

La aparición ocasional de sonidos que arrancan con ritmo 3 suele ser engañosa, quiero decir, si luego resuelve 3.6.8 se trata de la misma melodía sáfica que mantiene la estructura 6.8, es una variante de este ritmo, mejor que un ritmo nuevo, el del “melódico” (3.6):

3.6.8  de qu’el alma temblar y arder se siente
3.6.8  o de alguna robusta y verde encina

ya sea así o en su forma plena:

1.3.6.8  como puede ora ser que en triste lloro

La base del sáfico admite las variantes –que normalmente ni se señalan ni se disfrutan– típicas de la melodía clásica de los endecasílabos, particularmente de la que gusta de situar un acento rítmico en 7, al lado del de 6, y que admite formas previas muy variadas, desde luego, aunque tiene preferencia por 2.6.7, es decir, por la modalidad del heroico puro

2.6.7 En vuestra claridad vi mi alegría

2.6.7 quizá me dejará parte del daño
         que tiene l’alma casi consumida

O por sáfico:

4.6.7  al que velando el bien nunca se ofrece

incluso se da en los vacíos:

6.7  para que al despertar mas se alegrase

modalidad que, con su primer acento fuerte en 6, y sobre todo cuando se apoya en 8ª, variante es del sáfico:

6.8  que con lo que descansa otro afligido

Aunque todo el verso puede colgar solo de la 6ª

6   Que como si de nuevo le hallase

Y que cuando arranca desde 1ª suena como “enfático”, ritmo muy socorrido, que tiene dos modalidades, la del enfático puro

1.6  venga mi corazón a tormentarse

y la del enfático sáfico

1.6.8

En Garcilasom el melódico y el heroico  puro aparecen en una proporción muy discreta, uno cada veinte, aproximadamente:

2.6   el dulce murmurar deste ruido

El más frecuente de los dos es el el heroico y sus variedades, que juega a alinearse con los sáficos, es decir, con ritmo par.

3.6  el mover de los árboles al viento

Soy de los que piensan que la aparición de otros ritmos, particularmente del que lleva ritmo en 7, plantea problemas ecdóticos, cosa que veremos en otra nota:

1.4.7  hinchen el aire de dulce armonía

por muy bien que suenen a nuestros oídos, como le sonarían a los viejos, con el ritmo o dactílico saltarín del arte mayor.

Y la curiosa variedad del ritmo 4.10 ("difuso", y sus variantes), tan denostada, comentada, aplaudida, etc. Se da, también incluso en los primeros versos de la égloga II, que es la única que estoy analizando:

2.4   al sueño ayudan con su movimiento

Muchos preferirán que el acento secundario en 6º (con) o en 8ª (mo) se realce para lograr un ritmo normal sáfico o heroico, par; pero algo debió reclamar a Garcilaso el melodioso ese final largo que suavizaba el ritmo y permitía el letargo, la ejecución del verso con ese ritmo desvaído o difuso anda muy cerca de ser una figura métrica, que subraya formalmente lo que dice el final de esa estancia de Salicio:

2.6   Los árboles el viento
2.4   al sueño ayudan con su movimiento.

No hemos hecho más que señalar el ritmo normal de Garcilaso el melodioso, el que nos proporcionan  apenas las primeras estrofas de la égloga II, una melodía serena, equilibrada, que se mueve entre pocos ritmos –en la época, novedosos– suficientes como para moldear la inspiración del poeta. Evidentemente, la riqueza expresiva de Garcilaso tiene otras muchas características, que iremos señalando poco a poco.




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