Corresponde, después de habernos empalagado con su dulzura,
volver a algunas otras cuestiones métricas de la nueva melodía; porque la nueva
melodía –con sus técnicas y artificios– acarreaba curiosos problemas que pocas
veces, si alguna, se habían planteado antes, por ejemplo el dejar que en
aquellos sintagmas largos y biensonantes –los endecasílabos– aparecieran dos
acentos fuertes juntos, lo que luego se ha llamado el “antirrítmico” y hasta se
ha analizado entre nosotros (Ferguson) y en otras lenguas (Menichetti). Garcilaso y sus lectores pudieron
resolver la contradicción o bien de oído o bien teóricamente, además.
La resolución es muy sencilla para el caso que el
antirrítmico aparezca, precisamente, al lado del lugar de mayor intensidad: de
la sexta sílaba o de la décima, sencillamente la elevación del ritmo escala
alturas apoyándose en el de la quinta o novena, que quedan subsumidos en el más
alto que le sigue. Otra fue la solución, sin embargo, para el caso de la
séptima (cuando precede el de sexta, ya lo veremos), que produjo una sonoridad nueva, casi
hemistiquial, aprovechado hasta lo exquisito por poetas posteriores, verbo y
gracia por Herrera y Góngora.
Esa concurrencia de dos acentos rítmicos seguidos, por lo
demás, se produce cuantas veces la lengua lleva a versos sintagmas de esas
características; cuando la resolución es dudosa, conviene señalar que se impone
el ritmo sobre la lengua, es decir, la estructura métrica sobre la sintáctica.
1558 (y nótense los antojos) |
En los ejemplos que siguen, de todo hay; para empezar una
muestra de falsos melódicos (3.6.10), que en realidad pueden ser ejecutados
como sáficos
3.4.6 renovar
tanto el mal que me atormenta;
porque
dél pueda tanto entristecerme
modalidad muy abundante en Garcilaso quien, probablemente lo
oía como sáfico (4.6) y no como melódico (3.6), acentuando el ritmo par sobre
el impar. Lo mismo que en estos otros ejemplos, también muy abundantes:
3.4.8 que
a morir venga de tristeza pura.
3.6.8 Y
por esto Salicio entera cuenta
a
do quiera estáis estad comigo
sin
comer y dormir bien cuatro días.
En donde el ritmo sáfico se asienta en 4.8 y 6.8, en el primer caso aceptando un
antirrítmico –subsumido– en tercera; en el segundo despreocupándose del primer
acento de apoyo para lograr el ritmo 6.8. Cierto es que en este vuelo hacia el
ritmo, lejos de la lengua, puede llegar hasta la falsa sonoridad:
2.3.8 Aquí está quien te ayudará a sentillo
En donde el apoyo en cuarta resulta muy forzado.
Sin que falten ejemplos de todo tipo, bien logrados:
3.6.8 con
los miós que de tal calor movidos
No suele haber problema, en general, con el antirrítmico,
que se utilizará muchas veces como marca de estilo y expresividad. La serie
siguiente, si bien se analiza, presenta ejemplos de todo tipo
1.4.6.7 Tú
conociste bien una doncella
2.3.6 de
dos árboles altos la colgávamos
2.5.6.8 que
mientras estás vivo ser podría
3.4.6.8 yo
seré dulce más que sano amigo
3.4.6 y
daré buen lugar a tu tristura
4.6.7 diversamente
así estaban oliendo
4.6.7 como
pudiste tan presto olvidarte
2.4.6.7 adiós
montañas, adiós verdes prados
4.6.7 que
pues buscalla a mí no se consiente
3.(5).8 a
requerir de un ruiseñor el nido
2.4.6.7 Camila
es esta que está aquí dormida
1.5.6 mientras
con razón clara te demuestro
2.5.6 y
luego con voz clara y melodiosa
4.6.7 para
que solo en mí fuese probado
1.4.5.8 y
no os detendréis mucho según ando
3.4.6.8 y
por sol tengo solo vuestra vista
3.4.8 donde
vi claro mi esperanza muerta
2.5.6.8 y
el golpe que en vos hizo amor en vano
1.4.6.7 bien es verdad que no está acompañada
Todavía nos quedan más observaciones a Garcilaso el
melodioso.
Lo importante es ahora que recalquemos una vez más cómo el poeta toledano estaba inventando una nueva lengua poética, y no solo ya en sus fuentes, modos, temas, estilo, etc. , sino incluso en su melodía y ritmo, disponiendo –por ejemplo– de qué manera habían de sonar aquellos segmentos sonoros y de qué manera disonaban.
No hay comentarios:
Publicar un comentario