Una vez redactada la entrada de felicitación, me pregunta uno de mis lectores, amablemente, que dónde queda mi vocación hacia el Retiro, las plantas, etc. Tiene razón o sea que, ni corto ni perezoso, he bajado a mi calle y he tomado la cuarta de las felicitaciones al fotografiar una de las pocas cosas que Gallardón hizo bien hace un par de años: plantar perales silvestres en los cincuenta metros de mi calle que no tenían árboles. Una docena, algunos de los cuales, todavía presume de colores, como se ve.
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Felicitación china, para mi contexto sentimental |
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Autógrafo de Cervantes, para mi contexto académico |
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Uno de los carteles de los llamados "indignados", para todo |
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peral silvestre, en una calle de Madrid, ayer |
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