Sergio y Víctor leerán poesía –y será por tanto un acto de creación, en el que podremos participar todos; yo desde luego pienso hacerlo, por eso de la autoridad (¿...?) que al parecer tengo, porque les discuto asuntos de métrica. El Bukowski club está en la C/ San Vicente Ferrer 25, que creo que es una calle que todo el mundo conoce en Madrid.
Por lo de la autoridad de antes; hace unos días Víctor y yo nos emplazamos a un soneto sáfico y, porque estamos en tiempos modernos, supuse que sin rima ni otras alharacas. Seguramente él recitará el suyo; el mío va aquí:
Soneto de ritmo disputado, a Víctor
Donde se fragua el pensamiento dicen
que no es
posible conservar ya todo
lo que
almacenan, que no puede ser
que
descarguen más material los ojos;
las
galerías machadianas llenas,
que falta
espacio, que no hay decoro
y las
escenas familiares sobre
viven a
duras penas con las pornos.
El almacen
humano se complica
si por ahí
vas aceptando todo;
yo me lo
llevo y ya veremos qué,
y si se
termina, ya veremos cómo.
El arco de
la vida se ha tensado
estallará
algún día, cerca, pronto.
Me ha parecido ilustrar esta entrada con la iglesia de San Julián en Burdeos, de donde acabo de venir, porque ese lugar –sagrado en sus orígenes– se ha convertido en cine y, como bien se ve, en terraza de cafetería su atrio. Cambian las cosas. La invasión de lugares sagrados, primero por bares y cines, y luego por azares poéticos, es imparable.
Gracias, Pablo. Allí estaremos, disfrutando de la noche entre poema y poema.
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