Esto de no saber qué es lo que pasa
cuando viene rondando la ternura
nos tiene –la verdad– acorralados
al borde de la pena y la locura;
que no se sepa bien lo que pensamos
y que lo que ha de ser sea aventura
no se le ocurre a nadie en sus cabales
solo cabe en la mente de los curas,
y aun así y con todo y malamente
uno tira uno sigue y aun procura
sonreír al trascurso de los días
evitando sufrir que la tortura
como forma de ser no nos invada....
Que me muerdas quisiera con ternura.
Y menos mal que has puesto una ilustracion interesante.
ResponderEliminarCuando vengo a Madrid se me olvidan los acentos en boston!