La riqueza de manuscritos, incluso de autógrafos, en nuestras bibliotecas y lugares en donde se deposita nuestro patrimonio documental es tan grande que bien se podría organizar y abrir un museo de manuscritos, como el que ya funciona –en nueva sede, en Saint Germain– en París. Por el momento y con mi grupo de jóvenes investigadores hemos iniciado y vamos a completar la Biblioteca de Autógrafos Españoles, cuyo dos primeros volúmenes –ambos referidos a autores de los siglos XVI-XVII– aparecieron ya, editados por Calambur, no hace mucho; ahora, según se va terminando mi proyecto de investigación apoyado por la DGICyT, estamos realizando un enorme esfuerzo para que se publiquen los volúmenes referidos al siglo XVIII y al siglo XIX. Durante estos días, precisamente, vamos completando las entradas. Tibi (L. García) y Juan (Cerezo) organizan el volumen del siglo XIX; Víctor (Sierra) el del s. XVIII. En proyecto y andamios quedan tres más (del siglo XX, del XXI e Hispanoamericano). Ya veremos.
autógrafo, con la firma, de Galdós |
No hay nada semejante en nuestra historia –un viejo diccionario de calígrafos, del siglo XIX, y mucha dispersión–, de manera que podremos darnos por satisfechos si dejamos, al menos esbozada, esta primera colección, que ayudará a identificar textos y obras de autores que habitualmente escribían a mano.
Comienzo del Adios, Cordera, de Clarín (en la BNE) |
Escribir a mano va quedando como oficio raro; a mis alumnos siempre les he dicho que prefiero que me entreguen los trabajos a mano, aunque tengan alguna deficiencia derivada de su factura artesanal; sin menoscabo de los que lo entregan a partir de la impresión del ordenador, pues también considero que es obligatorio saber, conocer, utilizar los nuevos modos y artilugios. Ya se ve que ambas cosas son compatibles.
Autógrafo de Iriarte |
Lograr esta biblioteca tiene varios objetivos, el primero y más general el de inventariar lo mejor de nuestro patrimonio documental y literario, cada día más lejano y disperso en algunos rincones y campos –la salvedad sirve para aplaudir las digitalizaciones que se están llevando a cabo–, es decir, salvar lo mejor de nuestra historia. Los filólogos –enuncio el segundo objetivo– necesitan de estos testimonios para el correcto conocimiento y establecimiento de los textos, de nuestra memoria en ellos conservada. Finalmente, sé que el conjunto patrimonial de autógrafos y manuscritos constituyen un pilar necesario para el conocimiento de nuestra historia, en todos sus aspectos.
Urge acabar la tarea, antes de que la ventolera (creo que ahora se habla ya de ciclogénesis) de vaciamiento ideológico con el que se ha proclamado el sálvese quien pueda, con los bolsillos llenos, y que está arrasando este país, termine con cualquier rincón en donde no haya una moneda.
Quizá haga falta ejemplificarlo con extrema simpleza:
con los 200 millones de euros que al parecer se fueron desde la política a una cuenta suiza se podría dar trabajo durante un año a 180 bibliotecarios: se acabaron los problemas de la Biblioteca Nacional de España. Con los 300.000 euros que "oficialmente" se permite que tenga un banquero de banco salvado con dineros públicos, podría ampliarse en quince profesores el instituto más cercano a ese banco. Con el acomodo que se ha buscado a ese chico joven –de las juventudes de algún partido– traído y excarcelado de Cuba, en algún ayuntamiento, como "consejero", mantendríamos a cuatro enfermeras más de cualquier hospital y no necesitaríamos bajar el sueldo a los barrenderos de Granada ni a los empleados de la cafetería de la Biblioteca Nacional de España. Y así sucesivamente.
El "volverán las oscuras golondrinas", de Bécquer, en el autógrafo (de la BNE), como ejemplo de cómo se está perdiendo el original |
Es posible que el vaciamiento ideológico, acentuado por el deterioro de la educación y la avaricia de las clases privilegiadas esté dando un fruto de todavía peor cosecha. La gente está dejando de hilvanar hechos de la vida cotidiana con querencias políticas y, por tanto, votos y actuaciones públicas. No sabe hilvanar su voto con los tres meses que le han dado para operarle en un hospital; no sabe referir a lo que dejó en la urna con ese pago de medicamentos, después de haberlos estado pagando durante treinta años a modo de cotizaciones; no es capaz de construir la sencilla ecuación que lleva de los 38 alumnos por clase a la determinación de una clase política; no argumenta para ir de la "prima de riesgo" y el dinero que le han robado a un modo de gobernar; no se da cuenta de que va a tener que pedir dinero prestado si su hija tiene que viajar a Londres a que le atiendan en algo que antes se podía hacer aquí; no ve en Gallardón más que un señor con corbata que habla de modo pretencioso.... A qué seguir. Ese camino se acentuará más y más a medida que se deteriore la enseñanza y la vida pública se convierta en selva.
Vamos a terminar con Teresa de Cepeda, mujer de pro, que no hubiera permitido este estado de cosas, sin duda, y se hubiera alzado a mayores, además, se trata de un autógrafo, publicado por una excelente joven investigadora del grupo, en nuestra propia revista de la red (manuscrit.cao).
Y ya que algo de eso hemos insinuado arriba: la letra de Santa Teresa está ya formada, pero es difícil, denota carácter, persistencia, orden, voluntad, rigor....
Si nuestra querida Teresa anduviera por este mundo, se alzaría contra tantas tantas cosas...
ResponderEliminarAna