He aquí una dama a quien le gustan
las natillas caseras, las de siempre;
ahora ocupar puedo ya la cocina
y armarme de artilugios adecuados
para dejar cada mañana un cazo
de natillas, dispuestas para enfriar,
luciendo su tersura jalde y dulce,
con el aroma de canela en polvo,
que tú te tomarás, encandilada,
feliz, brillándote los ojos negros,
rebañando rincones y cuchara
hasta arrasar con todo lo que quede.
Felicidad al fin lograda y nuestra.
Natillas matinales que te esperan.
Pablo, esas natillas ya no se encuentran en los restaurantes; me pregunto por que?
ResponderEliminarPodías pasar las cantidades de la receta? Gracias.
ResponderEliminarEn restaurantes populares y sencillos sí se encuentran, Estrella, a veces disfrazadas de "crema catalana", "crema de caramelo" (del francés), etc. En realidad es la crema pastelera de toda la vida. Y eso –ohma– es lo que determina las cantidades, de más clara a más espesas, según la cantidad de harina de maizena que lleven: lo que lleva desde las natillas líquidas al flan de leche, pasando por las natillas más espesas, que probablemente son las normales. En las tiendas vende ya los paquetes preparados con la triple mezcla de harina de maizena + vainilla + colorante (amarillo, para aparentar el color del huevo probablemente), y según la cantidad de azúcar o de leche que se añada varía el espesor.
ResponderEliminarGracias.