Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

miércoles, 29 de agosto de 2012

Métrica: combinaciones de octosílabos


En la poesía popular y tradicional el octosílabo aparece espontáneamente jalonando todo tipo de composiciones, en la popular de preferencia con versos de arte menor (de 3,4,5 sílabas); en la moderna con una tendencia hacia los de arte mayor, con lo que parece obtener un aire más elaborado o culto, a pesar de la evidente falta de armonía rítmica, sobre todo cuando se justifica que es “verso libre”.

No sistematizo, por tanto, ese tipo de combinaciones, ocasionales y dispares, sobre las que añadiré al final algunos párrafos sobre Chavela Vargas; sino solo las que tienen algún tipo de tendencia expresiva más elaborada:

8-6 combinación que anuncia la silva moderna de versos pares, y que se encuentra sugerida en poemas de comienzos de siglo (por ejemplo, Antonio Machado), y totalmente formada en posmodernistas, por ejemplo “La ley del tesoro”, de Gabriela Mistral. Lezama Lima utilizó esa base, con un tetrasílabo, para algún soneto: Lápiz a su nube…

8-9 es combinación curiosa que practica Gabriela Mistral y que mereció páginas explicativas de Tomás Navarro Tomás. En realidad la posibilidad se extiende a cualquier combinación en la que entren como componentes tetrasílabos y pentasílabos, por tanto a 8/9/10: ”La fresa”, “La granjera” (8-9), “Alondra” (9-10), “Pinar” (9-10), “Pan” (9-10-11)…; a veces incluso desciende al heptasílabo (como en “La fugitiva”), instalándose ya en el versolibrismo. En el romancero se cuelan con frecuencia versos de 7 y 9 sílabas, lo que no dejaron de aprovechar García Lorca (Y que yo me la llevé al río…; Carrera Andrade (“Canción de la manzana”) y otros romanceadores modernos.

8-9/10 aparece en tiradas rítmicas, con la forma 2.5.7 o sobre todo 1.4.7 del octosílabo, y 3.6.9 del decasílabo. Ocasionalmente se puede extender la combinación a heptasílabos (1.4.6, 3.6) y a otros versos, incluso a endecasílabos (1.4.7.10) y versos hemistiquiales (por ejemplo a 12=6+6=2.5+2.5). Pero los modernistas ­­–ya hemos citados varios ejemplos de Gabriela Mistral— amplían su uso a la modalidad de verso libre, y entonces no se constituyen como tiradas rítmicas, así en este caso de Eduardo Marquina, si es que no hay dialefa en “especies”:

9       Sal de mar y virginidad                                 1.3.8
8       de lumbre; especies sutiles                            2.4.7
9       y colores; oros, añiles                                   3.5.8
9       --y un aliento de tempestad…                         3.8

No es difícil encontrar esta combinación en muchos lugares de la compleja poesía de Agustín García Calvo.

8-10 durante el romanticismo tardío, por ejemplo en Pablo Piferrer (“Canción de la primavera”); véase, de Rosalía de Castro:

10     De repente los ecos divinos                                           3.6.9
8       que en el tiempo se apagaron...                                    3.7

10     A sus plantas se agitan los hombres,                               3.6.9
8       como el salvaje hormiguero...                                        4.7

8-11 es una combinación extraña, que aparece en estrofas con estribillo, tal el romance La desgracia del forzado / y del cosario la industria..., de Góngora, que inserta el estribillo ¿De quién me quejo con tan grande extremo, / si ayudo yo a mi daño con mi remo? No es probable que la tomara de ahí Lorca, que la emplea con función expresiva ocasionalmente, por ejemplo al comienzo y al final del Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías (“La sangre derramada”).

Rosalía de Castro usa este esquema en combinaciones de cuartetos quebrados:

11     ... Y sigues en silencio tu camino                         2.6.10
8       siempre impasible y serena,                               1.4.7
11     dejándome sujeta a mi destino                           2.6.10
8       como el preso a su cadena...                              3.7

8-12 Gertrudis Gómez de Avellaneda:

8       Huye el invierno sañudo                                  1.4.7
8       y luce brillante el sol                                       2.5.7   
12     que el pálido velo / rasgando glorioso                6+6=2.5+2.5
12     difunde en la tierra / benigno calor.                   6+6=2.5+2.5

En series más o menos estróficas la emplean Salvador Rueda y Unamuno, por ejemplo en este último caso (de Teresa, entre otros), en donde la combinación parece pedir dodecasílabos ternarios, es decir, intentando tirada rítmica (ooóo)

12     Hoy de noche el cielo / negro me parece   4+4+4 =1.3+1.3+ 3
8       por encima de tu huesa,                         3.7 = 4+4 = 3.+3.
12     vivo encaje en que divina resplandece       4+4+4=1.3+3+3
8       para siempre nuestra empresa.               3.7 = 4+4 = 3.+3.

El dodecasílabo ternario es, en realidad, una variante de este tipo de tiradas rítmicas, la que compone un verso con tres de ellas.

8-16 recuerda el viejo pie de romance. Se incorpora también a la poesía contemporánea, en cuanto aparece el verso largo y apunta el versículo, como una forma todavía firme de mantener el verso. Así ya en “La canción de los osos”, de Rubén Darío (Canto a la Argentina), que en realidad se sostiene por ser de tiradas rítmicas (ooóo):

16     Osos negros y velludos del riñón de las montañas,
16     silenciosos viejos monjes de una iglesia inmemorial,
16     vuestros ritos solitarios, vuestras prácticas extrañas,
8       las humanas alimañas
16     horrorizan y ensangrientan la selvosa catedral.
.................................
El octosílabo, sea en sus formas rítmicas usuales, sea como tirada, es componente añadido y no esencial de canciones tradicionales y populares. La breve serie que sigue está tomada de letras incorporadas por Chavela Vargas (+ 2011) a su repertorio, de muy diversa procedencia y en donde dominan los ritmos ternarios y binarios sobre la medida silábica –como corresponde–, y por tanto ser prefieren los penta, hexa y heptasílabos, pero en donde ocasionalmente asoma el octosílabo.
El ritmo del endecasílabo se acopla bastante bien al ritmo ternario (Estoy en el rincón de una canción / oyendo una canción que yo te di....), y armoniza perfectamente con realizaciones binarias y ternarias, casi siempre en sus modalidades más conocidas, que musicalmente funcionan muy bien en serie:

11     No quiero ni volver a oír tu nombre             2.6.8
11     no quiero ni saber adónde vas                    2.6.8
11     así me lo dijiste aquella noche....                2.6.8

11     de mis ojos está brotando llanto                 3.6.8
11     a mis años estoy enamorado                     3.6.8
11     tengo el pelo completamente blanco...        (1).3.6.8

Aun cuando la preferencia sea a menudo la del decasílabo musical, el de los himnos y canciones, el de la poesía regional de ritmo dactílico:

10     es inútil dejar de quererte                  3.6.9
10     yo no puedo vivir sin tu amor...           3.6.9

Que aparece en los momentos de ritmo marcado:

Ojalá que te vaya bonito
ojalá que se acaben tus penas
que te digan que yo ya no existo
que conozcas personas más buenas....

Y que por su calidad de serie rítmica (es decir: de grupos de sílabas o pies iguales) permite la realización ternaria:

tómate / esta botella / conmigo
y en el último / trago / me besas /
para ver / a qué sabe / tu olvido....

Ritmo muchas veces usado como serie, como bien se ve en esa canción pegadiza y reconocible, en la que el estribillo recoge el ritmo de la serie y no la secuencia silábica:

7       corazón, corazón                              3.6
10     no me quieras matar, corazón            3.6.9

Otro de los modos de apreciar que predomina la cláusula binaria o ternaria sobre la agrupación silábica se corrobora cuando no se da la sinalefa entre un final del grupo y el siguiente:

11     aquel amor / que destruyó / mi vida            4.8.
11     aquel amor / que fue / mi perdición            4.6
11     donde andará / la prenda / más querida      4.6.8
10     donde andará / aquel / aquel amor....          

La irregularidad silábica aparece cuando domina la secuencia ternaria o binaria, es decir el predominio de cláusulas breves (cuatro, cinco, seis sílabas) que se suceden musicalmente, en el ejemplo con una de remate (terminada en golpe agudo, corazón):

hace un año / que yo tuve / una ilusión /
hace un año / que hoy se cumple / en este día
me recuerdo / que en tus brazos / me dormía /
y yo inocente / muy confiada / te entregué / mi corazón...

La cláusula binaria suele preferir secuencias heptasilábicas o desarrollo con ritmo de seguidilla; del primer caso:

que yo soy un canalla / y que tú eres decente /
que dos seres distintos / no se pueden querer....

Con el atardecer
me iré de ti
me alejaré de ti
con un dolor
dentro de mí
te juro corazón
que no es falta de amor....

juego de seguidillas que termina con el tono de las endechas heptasilábicas:

mi nave cruzará
un mar de soledad
adiós, adiós, amor,
recuerda que te amé
que siempre te amaré....

El heptasílabo, cuando aparece como componente rítmico puede hacerlo en cláusulas ternarias o en tiradas, endechas que también consuenan con el llanto de Chavela en muchas de las más conocidas de sus canciones:

Tal vez ya no recuerdes / cuando nos conocimos.... / muriendo de dolor....
Yo tuve un amor / y me traicionó....

No es raro que el heptasílabo dé paso a la seguidilla, ya sea la más rígida de 7+5, ya sea la que fluctúa largo + corto; es curioso que la seguidlla 7 + 5 con sexta aguda armoniza perfectamente con la variedad en sexta del endecasílabo:

11     amanecí otra vez / entre tus brazos    4.6  o 7 +  5
11     y desperté llorando / de alegría....      4.6  o 7 +  4

En realidad el canto por cláusulas binarias destaca casi siempre la estructura largo + corto, aunque se trate de metros cultos mayores (eneasílabos, decasílabos, endecasílabos....):

9        se fue al clarear / el alba                  quizá 6 + 3
10     por el camino / bañada en llanto         5 + 5

en ese proceso puede aparecer el octosílabo pero mucho más ocasionalmente que metros menores, como en este caso, que sigue a los versos anteriores y en donde el octosílabo puede funcionar como decasílabo (añadiendo el y yo)

y yo / que la quise tanto / lleno de orgullo / la vi marchar....


La aparición del octosílabo, en este contexto, no resulta forzada, ni mucho menos, pero es minoritaria. Vamos a ver cómo puede aparecer:

espera / aun la nave del olvido / no ha partido / no condenemos / al naufragio lo vivido / por nuestro ayer / por nuestro amor / yo te lo pido / espera / aun me queda en mis manos primavera / para colmarte de caricias todas nuevas / espera un poco / un poquito más....

En realidad la ejecución –y los melismas– permiten variedad de realizaciones; pero en los casos subrayados el ritmo del octosílabo es muy claro.

¿Y no hay canciones solo de octosílabos? Claro que sí, con una tendencia muy clara a su ejecución binaria; no son las más numerosas, pero sí son conocidas y canturreadas por todos:

este amor / apasionado /
anda todo / alborotado /...

que se podría pensar que es una serie rítmica (el tipo ooóo), pero que el estribillo se encarga de encauzar hacia el octosílabo, con quiebros muy curiosos, que al fin y al cabo recuerdan los viejos versos de pie quebrado

y volver volver volver
a tus brazos otra vez
llegaré hasta donde estés
yo sé perder
yo sé perder....

nos dejamos hace tiempo
para mi llegó el momento
de perder....

Estructura que podría analizarse de modo semejante tiene otra de sus mejores versiones, que recoge un estribillo y luego se va a nuestro metro.

ponme la mano aqui,
macorina,

tus senos carne de amor
tu boca una bendición....

Como en la tradición, los octosílabos aparecen otras veces en combinación con los decasílabos, es decir, jugando al ritmo en impar en series que sería fácil examinar.
Termino con algunas de las muestras memorizadas por todos:

estoy tan lejos de ti....
te cuento de mi dolor....
y siento en mi ser tus besos
qué importa que estés tan lejos

qué te ha dado esa mujer
que te tiene tan engreído
querido amigo
querido amigo
yo no sé lo que te ha dado....

        

1 comentario:

  1. ¡Vaya gran tarea de página tan completa en vacaciones!, gracias por las lecciones a distancia. Muy amable en compartirlo.

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