Vuelve el mar cada vez a ser misterio,
vuelve el mar para ser el contemplado
que quiere con sus ojos extendidos
llevarte donde nunca habrás estado;
ansiedad, inquietud, lugar sin tiempo,
repite lo que siempre ha murmurado,
armonía de vientos y de espumas,
horizonte de luces bien trazado;
lo que tiene de ser lejos se escapa,
sin ya fue sin será sin se ha quedado;
yo le traigo palabras que no entiendo
y él canta lo que siempre me ha contado.
Tantas veces que juntos –yo en silencio–
y nunca de decir está cansado.
Que buenos compañeros tiene el mar, tú uno de ellos. Seguro que le ha gustado esta poesía.
ResponderEliminarA mí me gusta mirarlo desde lejos.
A mi más que hablar me parece un alborotador que no se cansa de armar ruido y si lo unimos a las aves, ya es como una verbena con su orquesta y ruidosas atracciones de feria.
ResponderEliminarBicos.