Y en los lugares más apacibles aparece la ira del ciudadano. Ahora le ha tocado al Retiro. Resulta que las concesiones para los quioscos han cumplido su plazo y el ayuntamiento de Madrid va a concederlas –o las van a conseguir– grandes compañías. El resultado, por el momento, es que los quioscos están cerrados y en algunos de ellos, como el de la foto, el más grande, al lado del paseo de coches, gentes y viejos usuarios lo han empapelado con gritos de rabia.
No conozco el detalle de la operación: es mala idea, sin embargo, que el gran capital se vaya apoderando de todo en detrimento del pequeño alquiler o la explotación familiar, artesanal, reducida. De la misma manera que los "consultings" y similares se están enriqueciendo cumpliendo su papel empresarial de mediadores, a costa de la fuerza del trabajo, del salario de quienes contratan. En este caso es la cuña que está destrozando todo el tejido social y la tradición de nuestras ciudades, entregadas paulatinamente a las multinacionales y al comercio chino, que curiosamente, este último, tiene un cierto sabor artesanal, al menos en su funcionamiento por clanes o familias.
Añoranza por la vieja europa, por los rincones de la ciudad histórica, el pueblo singular, la gente con su idioma o su dialecto, el sabor de la humanidad diversa, rica, en expansión y no en reducción. Chapurrear idiomas, mantener canciones, leer en otra lengua.... ¡qué placer! ¡Qué fiesta para quien viaja, sabe, conoce, aprende....! El enriquecimiento por las vivencias.
Habrá que tener un poco de paciencia porque es casi seguro que Merkel, los bancos, las primas de riesgo, la ambición y la corrupción de los políticos, el desparpajo con que se destruye el equilibrio –educación, sanidad, trabajo....– que había madurado penosamente durante siglos, terminará por devolvernos a la sensatez de la vida plural y mandaremos a la mierda a esa europa de "bancos y monedas" que nadie quiere.
No hay comentarios:
Publicar un comentario