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Nenúfares, con su dinosaurio al fondo |
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Avenida de azaleas |
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Un viejo olmo |
Para hacer honor a su nombre, la ciudad conserva varios
jardines, entre los cuales al menos cuatro o cinco son históricos. El más viejo,
me dicen, el de los Médici (Jardin de los
simples, es decir de las plantas básicas, elementos sencillos, etc.) que va unido a un museo arqueológico, paleontológico, geológico y
probablemente varias cosas más, porque me han cobrado diez euros para entrar;
lamentablemente
el reducido espacio, primorosamente cuidado, aunque con poca
variedad externa y solo algunos buenos ejemplares arbóreos, se ha utilizado
para una exposición de dinosaurios, reconstruidos en enormes estatuas de cartón
piedra que asustan a las azaleas y hasta a los pinos. Son de todas maneras un
remanso frente al marea humana con la que destrozamos esta ciudad, imposible de
admirar ya si no es a través de interminables colas de turistas, autobuses,
grupos y vendedores. Que sea también un remanso esta entrada para mostrar la
simple belleza de las primeras floraciones, entre las cuales destacaba una
avenida de azaleas en macetones gigantescos, cada una de un color, y, como
adelantaba, la majestad y el tronco de algunos olmos, pinos, gincos…. También merece la pena el juego de
invernaderos con las diferentes especies; pero sobre todo merece la pena que el
remanso del jardín esté en medio de la ciudad.
Por otro lado, las muestras simples y conocidas, son muy
hermosas, así las peonías, el reducto de las aromáticas, entre las que me ha
llamado la atención esa salvia de faroles o candelabros (amarillos), el
estanque de los nenúfares, las mimosas, las mentadas azaleas, las orquídeas y
hasta las rosas. Las he ido eligiendo cuidadosamente para los lectores de este
blog, que ayer casi se duplicaron.
Mañana espero ver otros dos, después de trabajar en la
biblioteca Ricardiana, que cierra a las dos de la tarde.
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La salvia de los farolitos |
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peonía |
Díos, qué colores! No he estado en Florencia; habrá que remediarlo. Qué disfrutes, Pablo.
ResponderEliminar¡Qué preciosa esa foto de la avenida de azaleas!, buen lugar para pasear que ¡da mucha envidia!
ResponderEliminarConocí más a las peonías de viaje por el lado sur de las laderas de Gredos, cerca de Candeleda, salvajes, a su aire y ¡tan espléndidas! que pensé que las habían puesto allí adrede por su preciosidad. Todo un espectáculo de belleza, es una flor magnífica y de un color delicado e intenso.
ResponderEliminarGrcias, comentaristas. Las peonias deberian oler, para estar a la alturta de su esplendor. En este blog hemos hablado de las de Villafranca del Bierzo. No se porque en Galicia no he conseguido cultivarlas. Pido disculpas porque este ordenador --en lejas tierras-- no tiene tildes (o no las veo).
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