Solo nos quedan restos y retales
he de calmar al
animal que llevo
que pide sin
que sepa cuando pide
un lugar
encendido y su sustento;
mas no se logra
así como si nada,
requiere
dominar los sentimientos;
a veces se le
engaña con tapujos
y casi siempre
con el pensamiento,
un lugar que
parece que no alcanza
con el que vive
en franco desacuerdo,
al que torea de
pe a pa y domina,
domina incluso
voces rimas versos;
quizá mejor
rendirse al animal
sin saber sin
pensar y sin remedio.
Por qué elegir entre el animal y la sociedad?
ResponderEliminarMe da que puedes con ambos, cada uno a su tiempo.
Bicos.
Pablo, te dejo aqui algo que te gustara. Lo traigo de Facebook!:
ResponderEliminarRafael Argullol
No hay ideas áureas situadas en un mundo suprasensible sino momentos áureos que pertenecen a nuestro mundo sensible. Esta convicción me aleja, como es obvio, del punto de vista platónico pero sigue manteniéndome cercano a cierta atmósfera de Platón en la que lo erótico es el motor hacia la verdad, en la que lo que denominamos realidad es pura fantasmagoría y en la que, provocadoramente, conocer es recordar. Con respecto a esta última premisa apostaría sin dudarlo: conocer es recordar, si por conocer entendemos, no el avance de la lógica científica, sino aquel otro conocimiento, inclinado esencialmente al conocerse, expresado desde épocas lejanas en fórmulas como “conócete a ti mismo” o, según otra que prefiero, “conoce tu daimon”.
"El cazador de instantes"
Bicos, Ohma; no siempre se puede todo, ¿no? A su tiempo, a su tiempo.... Nunca sé cuál es el tiempo de cada cosa.
ResponderEliminarGracias, Estrella, por la ilustración de Argullol, que sé que te convence casi siempre.