Cuando no pueda
recorrer en bici
las cuestas del
Retiro y los senderos
–plazoletas con
niños, marionetas,
patinadores, damas,
vendedores,
parejas escondidas
en la hierba,
gimnastas
sudorosos, extranjeros,
músicos
ambulantes, paseantes
perdidos, chuchos y perros de raza;
cuando no pueda
ser uno más, uno
de los que forman
la marea humana
que corre por las
venas del Retiro
recogiendo las
risas de los juegos;
cuando entonces mi
vieja bicicleta,
mientras sucede
entonces, el Retiro.
Tanto el poema como El Retiro, me gustan, me gustan.
ResponderEliminarAndo con problemas con el pc, asi que dispongo de poco tiempo online, pero este blog no me lo pierdo,
:)
Because.
Gracias, Ohma; eres muy generosa; yo estaré fuera, en un seminario parisino, durante unos días.
EliminarBicos a las morenas
Muy bonito el poema, preciosas las fotos; a favor de las bicis - pero totalmente en contra de su uso disputando terreno al peatón. Al coche es al que hay que ganar terreno, ¡pobres caminantes de ciudad, se quedan hasta sin Retiro con los peligrosos ciclistas y corredores que lo acechan y lo acaparan todo! ... si es que Madrid es aún, a veces, pueblo y plaza, no es Berlín ni Nueva York.
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