a María
labrador viejo que
en el surco deja
sin apenas esfuerzo
la semilla
o que hunde los esquejes
en el barro
al pasar por el
campo que cultiva
arrugas en la cara
y en la tierra
le dicen lo que
sabe y necesita
le dicen si el
campo que ha sembrado
el agua bebe y al
calor germina
el viejo labrador quiere en los versos
el ritmo de los
mares y las brisas
el ritmo de la
lluvia en lo que intenta
y el ritmo que no
cesa de los días
labor de las
palabras en el tiempo
sembrar las más
cercanas y sencillas
Este me lo quedo yo porque es mio!
ResponderEliminarEs doble orgullo, primero por inspirártelo y segundo porque toda mi familia era labradora, pero no de versos sensibles como los tuyos, sino de recolectas de primavera, verano...
Pero el poeta está sembrado de ingenio y el labrador de infinita paciencia.
Moitas gracias e moitos bicos.