Así se llama el botánico de París, que siempre he atravesado y pocas veces he disfrutado, despacio, en cada estación, pues está en el mismo centro de ciudad ocupando un espacio enorme, generoso, que comparte con un zoológico y con otras muchos centros institucionales, normalmente de carácter cientifico.
Los franceses son especialmente didácticos e históricamente innovadores en todo lo que es jardinería, y bien que se nota en este espléndido espacio, que no tiene parangón en ninguno de los botánicos que he visto, quizá su didactismo sea tan determinante como en el Botánico de Cambridge (UK).
Lo que, finalmente, he podido ver y recoger dará para mucho. No sé de qué manera los jardineros de este "jardín de plantes" han logrado las avenidas florales de un colorido brillante y pensado, hasta el punto de que los coleos, las salvias, los abrótanos.... resplandecen como nunca he visto, y no digamos los hibiscos, las cañas, las dalias, etc. es decir, aquellas plantas que ya de por exhiben color. El comienzo del otoño no ha arredrado la floración que se mantiene en parques, bulevares, plazas y, desde luego, en el Jardín de Plantes.
El viajero ha terminado agotado de perseguir tanta belleza. Tan empalagado que no ofrece más que una breve muestra ahora, haciendo prevalecer las largas hileras de plátanos, que también se podan para formar alineaciones o para que las copas formen bóveda muy alta.
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