El otoño en Madrid no es muy largo; hay que aprovechar la sucesión –no siempre se da– de lluvias abundantes seguidas de algún día soleado, y entonces el otoño aparece, por unos días, con todo su esplendor. Es lo que ha ocurrido este año en Madrid. Y por esa razón me he apresurado a ir al Botánico, atravesando el Retiro, que también había aprovechado, como yo, para salir fuera a su breve paseo anual.
Preveía que el sol podría desaparecer pronto, así que fui temprano. A media mañana se ha nublado y ha cambiado color y paisaje: el dorado menos intenso y luminoso, las plantas con su letargo invernal, y los árboles divididos entre los que pintaban los ocres (castaños, olmos, arces, plátanos, gincos, callicarpas, higueras, zelkovas, acacias, abedules, tilos, moreras....); los que todavía dudan (hayas, almeces, naranjos de los osages, quercus silliquastrum....); y los que permanecen verdes (aladiernos, fotinias, madroños, laureles, acebos, pitosporos, lilos, pecconias....), y como siempre el escaparate de los arces, que expondré otro día, y alguna flor que no se ha enterado de que se nos va el año.
hola!!. me podras informar que arbol es el de la ultima foto?
ResponderEliminargracias :)
Es una castaño de indias, normal y corriente, de los que tanto abundadan el el Retiro, Yanina.
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