Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Ocupas (en Madrid)


No  puedo ser tan pretencioso como para explicar en una entrada sencilla del blog lo que sustancialmente son los ocupas; aunque he seguido más o menos el itinerario final, del Patio Maravillas a la calle del Pez, pasando por Casablanca en la calle de Santa Isabel, que tuvo varias entradas en este blog. En cada caso se reproducen modo, sistema, estilo.... aunque nada tan soberbio como los patios del Maravillas –como un viejo teatro de comedias– y aquella cafetería con sillones en donde dormían algunos emigrantes y cuyo grato ambiente no creo que logre nunca el Palace. En Casablanca era el bar y alguno de los patios lo que funcionaba estupendamente, para tomarse algo antes de ir a la filmoteca. En realidad todo o casi todo lo que yo vi funcionaba bien, lo que no deja de dar que pensar en un país en donde la "gestión" administrativa envenena cada quicio de nuestro sistema. 


Me doy cuenta, sin embargo, que buscar esos aspectos desvirtúa algo el juicio, como si uno aplaudiera lo que realmente no es y no se pretende: la comodidad de un bar burguesito,  la vida social en modalidad peculiar, un refinamiento buscado en las carencias. Por ejemplo.

Lo que más me satisfacía al volver a este lugar era distinto: la gente que se reunía para hacer cosas en las que creía, que gastaba su tiempo en los demás, que anulaba de raíz todo lo que pudiera haber de malsano fuera de aquel lugar –mercado, dinero, gestión interesada, humillación, prestigio, engaño.... 
Impresionantes los carteles que anunciaban e identificaban el lugar como distinto, y que hubiera debido reproducir en su totalidad (lo he hecho con tres o cuatro, algunos muy conocidos); simpática y efectiva la tienda de ropa gratis; sencillamente admirable el grupo de músicos jóvenes –o menos jóvenes, no creo que fuera condición– para ensayar música (¡también clásica!). 
No iba solo, sino acompañado de dos personas cuya identidad se descubría por su imagen física: nadie dijo nada, no observé ningún movimiento extraño, la sensación de respeto era absoluta, como lo fue la nuestra al ver a varios emigrantes con su padecimiento de papeles y su itinerario asegurado de humillaciones, que probablemente se aliviaban al entrar en aquel espacio, la "Oficina de derechos so ciales".


La noche era fría, y de martes, por lo que las calles estaban semivacías. Al callejear y salir a la plaza de San Ildefonso recordé que todos mis hermanos habían sido bautizados en aquella parroquia, y las casas familiares en la calle del Escorial (abuelos), Minas (padres).... El trazado es el mismo, pero el barrio se renueva constantemente. Invité a mis acompañantes a tortilla de patata en La Ardosa, la vieja taberna de al lado, en la Calle Colón. El barrio de Malasaña se renueva constantemente y de manera muy curiosa; habrá que hablar de él en otro momento despacio. No todas las renovaciones –ya se sabe– son mejoras. Los ocupas nos muestran de modo cordial y evidente cuántas cosas esta sociedad ha envenenado, deformado y corrompido.

Para el que guste de símbolos, permanece el muñequito que come chocolate en la tienda de ropa infantil, casi un icono del comercio de aquel barrio, en donde tienen placa José Martí, Ramón Gómez de la Serna, Rosalía de Castro, Gertrudis Gómez de Avellaneda, duques y marqueses sin cuento –es zona de palacios noeclásicos y románticos–; y que se puede recorrer leyendo a Torrente Ballester o a Max Aub; pero le falta placa a la Academia de la calle Desengaño, en donde enseñó García Calvo cuando le expulsaron de la Universidad, y faltan quizá algunas más antiguas, de las que ya daré razón.
Terminaremos con un patio de uno de los muchos palacios convertido en viviendas: están escondidos, hay que pedir permiso y entrar a verlos.





1 comentario:

  1. Hermoso Blog, es un regalo para el internauta.Un Viaje a los rincones que guardan la memoria histórica de Madrid. Un trabajo estupendo, de mucha dedicación. Recibe un fuerte abrazo desde el otro lado del Mar.

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