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Hospital de San Juan de Dios |
Cuarenta y ocho horas en Granada es poco tiempo, aunque ya se conozca la ciudad: siempre ofrece demasiado, y eso que ahora no se puede uno pasear tranquilamente por el Generalife, hay que pedir cita previa y regular los paseos, porque la invasión turística está, al mismo tiempo, terminando con todo y manteniendo la ciudad –hoteles, comercios, restaurantes....–. Aun renunciando a ver el otoño del Generalife, Granada siempre me resulta excesiva: cada iglesia, cada calle, cada rincón...., a pesar de la erosión que inevitablemente está sufriendo, ofrece un repertorio artístico inigualable y temprano (siglos XVI-XVII), en muchos momentos, abrumador.
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Monasterio e Iglesia de San Jerónimo |
Empiezo primero por decidir: ¿subo la Cuesta del Chapiz, me paro en San Nicolás, recorro el Albaicín?; ¿o arranco de la Casa de los Tiros, medito en la Plaza del Padre Suárez, busco a los dominicos y termino por llegar a San Miguel o al Campillo? Pero si elijo ese trayecto, ¿qué hago con La Cartuja?; ¿para cuándo dejo la calle de Elvira? ¿Tampoco esta vez visitaré la Catedral?... Razones personales me llevan hacia el paseo del Violón, donde antes se instalaba la feria, que yo veía desde las ventanas de mi casa, al lado del Genil; o al Salón.... Al final termino por deambular sin rumbo, según me atrae una casa, una esquina, una luz repentina, un recuerdo que no recordaba, el artesonado de un balcón en el que no había reparado nunca, el conocimiento de una circunstancia histórica que no sabía antes y ahora sé: en esta casa se dice que nació Alonso Cano y vivió Mariana Pineda; hay una placa conmemorativa nueva de Martín Recuerda en la plaza de Bib-Rambla; en el renovado Palacio de los Madrazo presentamos una revista universitaria (Letras del Sur), con el apoyo de Carlos Cano –que cantó– y de Caballero Bonald....
Durante el paseo, después de rodear los dominicos y entrar en el patio donde estaría el claustro del convento, he encontrado una plaza silenciosa, tranquila, con algunos emigrantes, que se llama "Plaza de Carlos Cano"; cerca han surgido otras tres o cuatro plazas o placitas sencillísimas y abandonadas (Plaza Academia Nuestra Señora del Carmen, Plaza del ábside de San Matías....) A estos rincones no llegan los turistas: las calles están desiertas, silenciosas, tranquilas.
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dos de los patios de facultad de Derecho (jesuitas) |
Granada ha de ser para paladeada, despacio, con una buena guía –por ejemplo con la de Gallego Burín–; dando el tiempo necesario que necesite aquella calle, la iglesia, el mercado.... ¿Se habrán inventariado todos los cuadros de los Jerónimos, incluyendo los que cuelgan en las zonas más oscuras de la sala capitular? ¿Habrá recogido alguien todas las figuras, relieves, medallones, etc. que el paseante va dejando atrás según sube por la carrera del Darro a la Cuesta del Chapiz? De todas esas decenas de casas semirruinosas, ¿se podrán salvar ventanas, arcos, techumbres....? Sin duda alguna, Granada provoca esa extraña enfermedad que causa el exceso de belleza, cuando no se tiene tiempo para dosificar su presencia.
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Colegio Real de San Bartolomé y Santiago |
¿Por dónde empezar? De entre muchas muestras posibles, elijo ahora una bien sencilla: la de los patios que, con un buen colega granadino, nos han protegido de la lluvia hoy caminando entre San Justo y Pastor y la facultad de Derecho (antiguos jesuitas) hasta San Jerónimo, un espacio de unos cien metros en donde no hemos podido entrar en las carmelitas, pero sí en todo un rosario de bellísimos patios: los de la facultad de derecho, el de un colegio Mayor, el del Conservatorio, el del Archivo de Protocolos.... los dos maravillosos patios del hospital de san Juan de Dios y, finalmente, el más grandioso, el de la Iglesia y Convento de San Jerónimo, en donde hemos terminado la mañana.... pisando la lápida de fray Luis de Granada.
No hay nadie que haya estado ahí que no alabe la belleza de "Graná".
ResponderEliminarTú nos la has mostrado a través de esos hermosos patios y plazas.
Me queda pendiente la visita, :)
Bicos.
¡Qué bonito todo, el texto y las fotos!. Gracias
ResponderEliminarUn sueño que compartimos algunos antiguos habitantes de Granada es el de irnos y, pasados unos años, volver, para sentir de nuevo la belleza que la vida cotidiana y laboriosa sepulta (ya se sabe: "lo cotidiano es siempre mucho y feo", que dijo aquel). Pablo, tú has cumplido ese sueño, está claro, pero te queda lo mejor para otro viaje: Alcázar Genil, sede actual de la Fundación Francisco Ayala, que en esta época del año esta "horroroso de bonito". Y hubiésemos hablado de lo del maestro Carvajal. Abrazos de Aldino.
ResponderEliminarBien que hubiera querido, Aldino, pero había poco tiempo y no quería tampoco ir deprisa de un lado a otro, prefería pasear. Habrá que volver cuando se pueda, y entonces Alcázar Genil, quizá con un libro de Carvajal debajo del brazo.
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