Lluvias y silvas están ahora padeciendo versos, es decir, son el vaso que recoge versos de inspiración menos constreñida que sonetos y romances, de manera que ya he ensayado una silva de sáficos y en el taller anda una silva de flautas y timbales, que casi pide las rumbas de nuestra duquesa de alba; allá se andará, porque lo que va por ahora son las diez apariciones de silvas y lluvias –enmendadas, como siempre, cuando sea el caso– en la historia de este blog, con lo que se va completando el índice de China destruida y otras flautas, libro extenso que a lo mejor no encuentra editor, y mucho menos lector, claro. Lo que nunca querrá decir que se agoste el espacio de la creación, lugar que se ha de mantener abierto, limpio y capaz. Para completar esta entradilla, que tiene su qué de quejumbrosa, he seleccionado entre lluvias y silvas la de la dignidad, poema más extenso en versos blancos, que salió a luz el 16 de marzo de este año.
1. Silva de la dignidad
“Hay dos preocupaciones que me tienen....”
2. “Si abres los ojos amapolas restos.....”
3. “La lluvia una y otra vez la lluvia....”
4. “Como la hierba que la luz olvida....”
5. “Lentitud de siglos ningún secreto....”
6. Variaciones sáficas sobre un tema de M. Duchamp. “No hay solución si no hay
problema y
eso....”
7. “Tantas veces perdí mar de memorias....”
8. “He logrado lo sé la plenitud....”
9. “Normas para buscar por las esquinas...”
10. “El día que me quieras....”
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