En los sondeos y consultas de Quevedo, obras suyas aparecen por todos los lados, en las bibliotecas más extrañas de Europa y América, entre los fondos especializados de centros documentales de todo tipo. Y suelo recoger su noticia, pacientemente. Lo más normal es que se trate de copias de obras muy conocidas, que algún curioso reproduce sin excesivo cuidado. De su obra festiva corta, por ejemplo (La Perinola) o de sus opúsculos histórico-políticos (Grandes anales, La carta al Rey Católico....) hay centenares de copias; y siguen apareciendo.
De las más extensas o de aquellas que tuvieron una difusión controlada por el propio autor, sin embargo, quedan muy pocas, cuando quedan (La hora de todos, España defendida....), cada una con sus propias circunstancias que determinaron cierto tipo de difusión. Tampoco existen muchas copias de las obras más extensas (Política de Dios, Marco Bruto....)
Y la difusión resulta sorprendentemente circunstanciada en el caso de su poesía, como espero que se vea en mi próxima edición de sus versos.
Todo este preliminar era para dar noticia de un nuevo testimonio de La cabeza del cardenal Richelieu, obra redactada hacia 1635, esbozada, parece que hay partes que necesitarían completarse, pues solo recibió difusión manuscrita, probablemente controlada por su autor, y en un primer momento anónima. Ha sido editada con solvencia un par de veces por la quevedista francesa Josette Riandière la Roche, la segunda formando parte de la edición de Obras Completas que dirige Alfonso Rey (en Castalia), corrigiendo su primera edición precisamente a la vista de nuevos testimonios manuscritos. Y aun nuevos manuscritos se reseñan en el Diccionario Filológico de Literatura Española....., del que soy responsable y cuya entrada quevedesca redacté con Diana Eguía.
Sala de exposiciones de Conde-Duque (instalaciones del ayuntamiento) ya abierta al público |
Se encuentra en un volumen facticio, con otros textos políticos (la muerte del infante don Carlos, las revueltas en tiempo de Ensenada....), copiado con letra de finales del siglo XVIII.
También he encontrado curiosas noticias nuevas sobre la prisión de Quevedo en San Marcos –con ayuda de Javier Maldonado, gracias Javier–, que daré a conocer en cuanto las elabore y analice.
Hola, soy Mercedes, de Arte en Madrid,
ResponderEliminarhe llegado a tu blog por haber recibido alguna visita desde aquí, he visto que me has incluido entre tus enlaces, ¡muchas gracias!
Y ya que he venido, me he quedado y me he suscrito, porque me ha gustado mucho, hablas de muchas cosas que desconozco, muy interesantes.
Enhorabuena.
y saludos
Que seas bienvenida, Mercedes; también yo descubrí hace poco el tuyo, al que suelo acudir para savia del madrid histórico.
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