La contemplación de la
belleza o, mejor, la sensación de naturaleza inabarcable, es lo que dicen estos
versos, que recuerdan la noche estrellada de fray Luis. Me cuentan mis viejos
alumnos que yo estaba obsesionado por las odas luisianas y que a ellas dedicaba
demasiado tiempo en las clases. Seguro que es verdad, a lo que significan les
sigo dedicando demasiado tiempo.
Aquella vez era en la bahía
sur de la isla de Hainan, la isla que cuelga de China, como si se tratara de
una gruesa lágrima de tierra. Recorrí prácticamente toda la isla, y en la parte
sur, donde está el centro turístico de Sanya, me detuve en la bahía del diente
del dragón (Yalongwan 亚龙湾), de aguas limpias y abiertas. De vegetación tropical.
[Para volver a los versos. Nostalgia de Fray Luis]
tantas veces mirando aquel misterio
jardinero que fue de las estrellas
nocturnos que despiertan si la noche
y en brazos de la luna se despliegan
nocturnos que renuevan los sentidos
que cantan los silencios y los tensan
abismos de ignorancia que se saben
nos miran desplegados y nos sueñan
y luego entonces y después así
se apagan sin dejarnos o se alejan
un perfume de noche queda abierto
soledad se desnuda más intensa
tantas veces creí que al fin aquello
tantas veces creí que aquello era
El romancillo irá envuelto
en plantas, flores y paisajes tropicales; la primera es conocida, habita los
hogares europeos –con calefacción– pero se mezclan con otras más singulares. Provocado por estas letras
–la isla en la que estoy queda muy lejos de todo lo que sé– hete aquí que el
vate se va a un romance, de los que hace tiempo escribí –y publiqué– una
veintena, como los de antaño "líricos", casi de pasión. Eso
merece algunos pétalos en el suelo y un par de flores.
Creo que es una especie de
reacomodo espiritual: no hay gente más casta que la población china acomodada y
burguesa, aunque luego tengan sus "qués". Y en el sitio donde
descanso se nota sobremanera lo de que a China ha llegado el dinero pero no la
civilización, lo que no es del todo un juicio negativo, porque la población china
a la que no ha llegado ese feroz mercantilismo mantiene valores que ojalá nunca
se pierdan. Se perderán, porque la civilización ha entrado de mano de McDonals,
Starbuks, Nestle, Adidas, Zara, Ferrari, Mercedes..... y otros poderes, que
arrasan con todo lo que hay y dejan a la población partida entre ricos y
pobres. La perorata merece un puñado de ramos:
Bueno. Va el romance, que
seguiré adornando con una colección de árboles y flores tropicales, nada
extrañas para el que haya pasado algunas de sus vacaciones en las islas Canarias.
Los setos normales, kilómetros de buganvillas, como en Yunnan.
pues esto va de romance
todavía los escribo
al recordar cómo miras
cuando sabes que te miro
en tus ojos almendrados
tantas veces me he perdido
marcharme de allá no quiero
memoria sé del olvido
por eso van las palabras
en romance paladino
lo que quieren lo que dicen
es bien simple es bien sencillo
cada vez que con tu nombre
otra vez vuelvo contigo
que adonde quedan tus ojos
me devuelven los caminos
quiero que no te vayas
dejar tu cuerpo en el mío
sentir que cerca que dentro
una culebra de gritos
se crecen mientras recorren
la seda de tu quejido
sin saber ni lo que piensan
ni por qué tanto te has ido
mientras los sueños trasiegan
cruzan la cruz del camino
que lleva a ninguna parte
luz de susurro y de grito
oscuridad del deseo
en la cueva ha florecido
ni sabe la piel qué siente
ni sabe lo que ha ocurrido
aunque barrunta que entonces
es cuando cobra sentido
todo lo que y lo que cuanto
sendas campos montes ríos
travesías para qué
largos viajes sin destino
en la montaña del viento
arrinconado y perdido
todavía los escribo
al recordar cómo miras
cuando sabes que te miro
en tus ojos almendrados
tantas veces me he perdido
marcharme de allá no quiero
memoria sé del olvido
por eso van las palabras
en romance paladino
lo que quieren lo que dicen
es bien simple es bien sencillo
cada vez que con tu nombre
otra vez vuelvo contigo
que adonde quedan tus ojos
me devuelven los caminos
quiero que no te vayas
dejar tu cuerpo en el mío
sentir que cerca que dentro
una culebra de gritos
se crecen mientras recorren
la seda de tu quejido
sin saber ni lo que piensan
ni por qué tanto te has ido
mientras los sueños trasiegan
cruzan la cruz del camino
que lleva a ninguna parte
luz de susurro y de grito
oscuridad del deseo
en la cueva ha florecido
ni sabe la piel qué siente
ni sabe lo que ha ocurrido
aunque barrunta que entonces
es cuando cobra sentido
todo lo que y lo que cuanto
sendas campos montes ríos
travesías para qué
largos viajes sin destino
en la montaña del viento
arrinconado y perdido
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