Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

domingo, 16 de junio de 2019

En la isla de HAINAN


Por fin he podido reconstruir lo que dejé perdido en facebooque –creo que siete años– y lo estoy borrando allí y pasando aquí, tarea que me sirve para suprimir impertinencias y desajustes, para poner el nombre a las plantas de las foto, para ordenar versos. No pienso "publicar" ya nada de nada nuevo, pero este rincón de amigos todavía me atrae, aunque ya sé que está de capa caída y destinado a no ser nada. Bueno. Tampoco facebooque iba a nada.
Lo que primero va en esta entrada es la lluvia tropical de la isla de Hainan, que cuelga en el mar Pacífico de China, en donde pasé un mes de agosto tremendo, aunque a Hainan y a su capital Haikou ha llegado el tren de alta velocidad  que traza un anillo en torno a la isla. Es tan rápido y tan cómodo que el viajero tenía tiempo de tomarle, desde Haikou, y en media hora plantarse por ejemplo en Sanya (al sur de la isla, lugar de turistas rusos), para volver por la noche a mi hostal. Y eso lo he hecho muchas veces, intentando hablar con la gente, que es sumamente amable. Cuando atisbaba un rincón agradable, anotaba el lugar, los hostales, los alojamientos.... y allí que me iba dos o tres días. 
El problema de esta isla es que son las Canarias de China, insoportables de calor durante el verano, atestadas de ricos durante el invierno. Eso sí, apenas encontré playas limpias y tranquilas; y en las que encontré, quedeme y olvideme dejando mi cuidado entre las ondas olvidado.

Dicen que procede de Filipinas y se llama "medinilla". Google ha puesto una de mis fotos como identificación de la planta. La foto está tomada en Sanya, en la mejor Bahía de la zona.
En realidad se trata de una variedad del coco, no peludo, como se ve, que se da en toda la zona tropical. En Hainan los sirven sencillamente con un corte, para beberlos en verano. 

OFICIOS, MENESTERES, TAREAS....
¿Qué haces aquí?, ¿viajas solo? ¿Que edad tienes? Son las tres preguntas que en China te hacen, incluso desconocidos. Miento en la tercera, digo la verdad en la segunda y cada vez me resulta más complicado lo de la primera; me había habituado a decir que era profe, pero la cosa luego se resolvía mal, había que explicar de qué y qué hacía en China. Luego opté por decir de manera más escueta que era historiador (历史学家), pero también se complicaba lo de historiador de historia antigua de China y España.... ; de vez en cuando lo he dicho de manera reducida, que dibujaba mapas, cartógrafo, lo que justificaba viajes y fotos, aunque no todas las fotos. Así pues, lo que suelo hacer es inventarme vida y acomodar la respuesta a las expectativas del inquisidor. Me hubiera gustado decir a la recepcionista, tan simpática, que soy un reconocido escritor de novelas en europa, de trato muy agradable en la intimidad, pero eso es muy complicado en chino, como lo de inspector de hoteles, para que me den una habitación excelente.... De manera que he buscado oficios más acomodados, entre los cuales uso mucho el de cartógrafo, porque es sencillo (hua ditu, 画地图,dibujo mapas), me gusta ser jardinero 园丁)fotógrafo (摄影师, pero mi máquina es demasiado simple para las que se usan aquí); cocinero (厨师)casi cura (神甫,lo que me permite justificar lo de viajar solo), sastre (裁缝), etc. La mayoría de los oficios no me atrevo a sugerirlos, porque los chinos son de una agudeza y curiosidad especial.... y me hacen preguntas muy comprometidas. Tampoco puedo decir la verdad, ante todo porque no la sé, luego porque no sé decir en chino lo que no sé en español, finalmente porque habría de recopilar mi tarea, si alguna hay, lo que es un modo de contestar sin mentir: hago versos mirando al mar, me serena mirar a todo tipo de criaturas -y las miro-, domino la Métrica, las palabras y parte de algunas historias, viajo por lugares lejanos y hablo con la gente, me enamoro mucho de muchas cosas, también de esas, conozco la música occidental al dedillo, no he visto todos los mundiales, no me gusta ni el alcohol ni el tabaco, me gustaba como hablaba gallego mi vecina de la aldea de Malde, casi nunca compro nada, lucho con el chino, cada vez más intrincado.... Buff. No se puede.
Cuando veo que alguien me va a hacer alguna de las tres preguntas, me hago el loco (装傻?)

Las ilustraciones son del jardinero, en este caso.

Caesalpinia Pulcherrima amarilla, tropical, abundante en México
Parece una variedad del rododendro
Ponciana real
Parece una variedad de la vinca


[la lluvia, un pájaro, Benjamín...]
No sé muy bien si un proceso irreversible de volver a la tierra o si se trata de completar un círculo, pero estos días he vuelto a preferir el alojamiento en una especie de hostal botánico a sumirme en la lectura de la mitología clásica china, desde Pau Gu (me he traído la edición de Gabriel Garcia Noblejas, en Trotta). Creo que me lo ha provocado una página de Maria Gelpi Rd, que suelo leer con mucho interés, sobre Benjamin y Adorno, viejas lecturas de décadas pasadas, a las que creo que no quiero volver. Y así, me he ido a ver y sentir la belleza de plantas y árboles; como casi todas las tardes Pau Gu me ha mandado la lluvia, con 30 grados, que permite bañarte o empaparte, como se prefiera. Luego he recorrido el pequeño paseo botánico, en donde me he pillado fotografiando a un pájaro, que no solo no se asustaba, sino que me miraba con la misma curiosidad que la gente de aquí cuando les hablo en chino, entre incrédulo y socarrón, porque es muy difícil acertar con los tonos. Eso sí: siempre te contestan en inglés. Yo voy haciendo patria y les explico que, como ellos son chinos y yo español, podríamos hablar una de las dos lenguas. Se ríen y vuelven a chapurrear algo en inglés. Esta tarde me bañaré bajo la lluvia, cálido el mar y tibia la lluvia, luego tienen una de aúpa para ver en pantalla gigante el mundial. Lo lamento por el adolescente chino que adora al Real Madrid, al que he reiterado el argumento de ¿qué mérito que no sea el mercantil en un equipo que suele jugar con dos franceses, tres brasileños, un croata, un irlandés, un portugués, un alemán, un guatemalteco.... y algún andaluz o asturiano perdido? Me da la sensación de que así no hago patria.


[ha llegado el monzón, yo también necesito un físico]
Ya me había llegado una noche en Haikou, la capital, al norte, sin que, en plazas y calles, detectara más que una tormenta de verano europea. Ayer por la tarde en la playa vi que había una actividad febril en atar, recoger y cubrir, aunque la tarde (primera foto) era espléndida. Por la noche he oído llover mientras soñaba que llovía. Cuando me he levantado, todo el mundo iba con hules, plásticos y paraguas. Y así, yo. La gente hablaba del haifeng (海风, para mí la brisa o viento del mar, en tanto en Haikou hablaban del 季风 jifeng, o temporada de vientos).



Se lo ha dicho a la chica del alojamiento, y no era un pretexto, pero al ver lo nervioso que me ponía, me ha contestado que no entendía mi pregunta, eso sí, ha sonreído un momento y ha repetido “haifeng”. Segunda foto. Está claro todo. Al habérseme removido las entretelas, he decidido que cambiaría el salvapantallas, y he puesto la identificación del weixin de mi buena y simpática amiga de Giulin, en donde anduve el año pasado. Tercera foto.

 

Se lo he escrito, se ha reído y me ha dado las gracias. Y luego me ido unas veces a refugiarme a hotel de lujo, otras a decirle al mar que qué le pasa. En el camino, he visto que mucha gente se bañaba, en las piscinas y, menos, en el mar, que andaba bravucón y ruidoso. Tres pelis lo ilustran. 


Finalmente me he sentado en un estratégico sofá, al aire libre y a cubierto, donde he tomado fotos de las gentes, con batín blanco, pantuflas del hotel, y con paraguas, hacia la playa.


El monzón, como una tormenta de verano, menos ruidosa quizá, lluvia cálida, viento templado a rachas, cielo encapotado y mar ruidoso, pero sin asustar. La verdad es que me dan más miedo los rayos y truenos de Madrid, la borrasca que entra por mi casa gallega, el Cantábrico enfurecido en Comillas u Oyambre. Dicen que vuelven las nubes, porque no pudieron remontar los muros del Himalaya. Yo también necesitaría un físico al lado, María, para que me explique las ignorancias, mientras tomo frutas tropicales, que en este hotel son carísimas.




No hay comentarios:

Publicar un comentario