Mientras busco
las ruinas de Huiqian,
viento de otoño
el parque desordena;
en su lugar un
cedro se levanta
que reposa sus
brazos en la tierra.
Una inscripción
la historia antigua narra,
de despojos, de
muertes y de guerras,
que se resume
con lo de aquí estuvo
y rara
sensación de paz y ausencia.
Algún día dirán
de todos eso:
aquí estuvo un
viajero, nada queda.
Llegó, miró al
árbol, sintió el otoño,
y meditó la voz
de aquella piedra:
Monte mar fuente música.... No sé.
¿Lo que se fue
será, o lo que se queda?
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