toda la vida la pasión a cuestas
con el amor toda la vida abierto
ha quedado de
fuera ya muy poco
y lo poco que
queda es lo de dentro
una mesa una
cama y un buen libro
y fuera el
mar la música el silencio
lo demás poco a poco se desprende
no sé
donde en el aire algún
recuerdo
no hace falta
decir ya casi nada
soy estoy
miro paso escribo
pienso
vuelve a veces quien
tanto vino entonces
y escribo –no lo sabe– algunos versos:
Quiero que me recojas por la noche,
casi dormido, en donde tiembla el pecho.
Querido Pablo:
ResponderEliminarDebo de ser el exfilólogo que menos poesía lee. Seguro. Y no por falta de ganas. Es que yo soy un ejemplar de esos que ha sido seducido por los lectores de libros electrónicos. Sí. Ya me sé toda la mística del olor del papel recién impreso o del papel añejo. Pero llevar 100 libros en un cacharrito de unos cuantos gramos es una ventaja palpable. Por no hablar de la gozada de poder ampliar ad infínitum el tamaño de la letra y olvidarse de las patas de gallo a causa del tipo canijo. El otro día quise abrir tu biografía de Quevedo y, al cabo, me salieron ampollas en las retinas. Así que: ¿qué hará o hace Castalia por los libros electrónicos? Las posibilidades son inmensas. No sé si conoces una edición de El Quijote para el mundo de los aparatejos de Apple en el que se abría una ventanita con el significado de una palabra o la nota a pie tan solo pulsando. Se acabó el ir de adelante a atrás, cortándose las yemas con el filo de las hojas. Creo que de El Buscón hay una edición electrónica. Pero yo, personaje de El Pueblo, quiero sus sonetos. Un abrazo.
Querido juan Pablo, tienes exactamente lo que buscas en clasicoshispanicos.com, mira esa página, de la que también se ha dado noticia abundante en este blog. Saludos
EliminarBuena reflexión poética. Muy interesante sobre pasión, amor ... y más, en el libro de Comte-Sponville, Ni el sexo ni la muerte.
ResponderEliminarGracias, anónimo. No recuerdo ese libró.
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