Destinado a ignorar lo que sucede
–un instante de ser que vibra y ama–
cruzamos sin que nadie sepa cómo,
llegamos sin que nadie sepa nada;
inquietud por llegar al horizonte
donde parece que la luz estalla,
por alcanzar el pozo de colores,
la deslumbrante luz de qué mañana;
y no saber lo que será el destino,
y no saber de lo que viene y pasa,
latir costumbre de latir constante,
de no mirar donde las sombras callan;
y poco a poco despojado ser,
ser con la lejanía ya cercana.
¡hummmmm!
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