Cuando la inteligencia cede o calla
y duerme el pensamiento o se apacigua
y a ser desciende apenas un latido
y hasta de las palabras desconfía,
y por los ojos pasan las imágenes
y el color y la forma no se fijan
y la niebla que llega reconforta,
cuando qué nada importa y se retira,
será entonces la tierra que se impone
piedra y árbol y rama envejecida,
humedad agua barro por las venas,
en la piel aire tibio que acaricia,
para ser de las cosas una más
que un instante de luz lleva y olvida.
Me encanta como suenan los paralelismos en los sonetos, cogen mucha fuerza. Muy interesante el soneto. Gracias por ser un ágora pública y no privatizarte.
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