Ya sabes que te quiero como siempre,
no hace falta que vuelva a repetirlo;
la voz que te lo dice apenas suena
y el verso que lo cuenta es muy sencillo;
a veces con tu imagen me paseo
–ya sabes, por lugares del Retiro–
y pienso que te vienes a mi lado,
que te hablo, que me miras, que te miro,
que juntos escuchamos nuestra música,
que sin dudarlo el tiempo compartimos:
el día cuando empieza ilusionados,
la tarde cuando el día va vencido,
y la entrega del cuerpo por la noche
que se rinde cansado y encendido.
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