Se ha abierto una gardenia en la ventana;
no puede ser motivo de un soneto
estando como estamos con la crisis,
con rajoy, sin garzón ni zapatero.
¡Cómo huelen y visten las gardenias
a canción de machín con su adulterio!
No puede ser que con sarcosi y mérquel
se vengan las gardenias a los versos;
de modo que me acerco con cuidado
y después de oliscar la manoseo,
y me voy con su olor en las narices
frotándo con primor los cinco dedos.
Una gardenia blanca, pura y fresca.
En la calle por fin está lloviendo.
Pues sí, comprobar que a pesar de los pesares la
ResponderEliminarprimavera año tras año vuelve, puede resultar alentador, y sobre todo balsámico.