Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

sábado, 17 de marzo de 2012

Directores, jefes y otras hierbas poderosas

Si a un simple individuo, encantador, le colocas o le regalas la etiqueta de director, jefe, encargado, responsable, etc. no por sus conocimientos, capacidad y trabajo sino porsabediosqué, y le permiten y aun le instan a que se ocupe de una tarea que nunca ha cumplido, es lo más curioso que, por lo normal, investido de sabiduría infusa, ese individuo puede ser director de un banco, jefe de una unidad de cardiología, director de un departamento de filología, secretario general de una organización mercantil, etc. Y así hasta la saciedad: el conocimiento necesario para realizar las tareas que habrían de ser propias de ese título que le han regalado ha quedado bendecido, le ha llegado por arte de birlibirloque, en el momento mismo que le han dado con el título en la cabeza. Pocas veces he visto declinar ("no estoy capacitado para eso") o compartir ("no puedo dirigir o juzgar determinadas competencias de ese área"); antes bien, le acometen talantes de gallito y ejerce lo que no sabe, donde no conoce y utiliza la ignorancia de su "dirección" entrando aparatosamente con su ignorancia debajo del brazo dispuesto a informar y ejercer.

Y eso ocurre sistemáticamente –dicen que es mal endémico– en la administración española; y es uno de los orígenes del mal funcionamiento de las cosas cuando la persona estigmatizada con la falsa autoridad, que suele venir acompañada de buenos sueldos, procede del terreno político y se expande avaramente por todos los canales y canalillos que derivan, infestando puestos con poco temor de dios y desesperación de los ciudadanos.

Mas no se crea que eso ocurre solo en esos altos niveles de la alta política; el curioso proceder enferma también la vanidad de otras gentes, y yo lo veo cómo alcanza, por ejemplo, a los informes de tesis, tribunales, oposiciones, publicaciones, etc. de la universidad, en donde las dosis de incompetencia suelen venir adornadas de pomposas titulaciones que concede la ignorancia.

Y es que la universidad –la española que yo conozco, al menos– hace mucho tiempo que se organizó –el tinglado– sobre favoritismos, mafias, prebendas, etc. que pueden llegar hasta la reiteración de apellidos o el reparto de cátedras a la hora del café. Y así le va.

Será un rasgo de la condición humana.


7 comentarios:

  1. Una pandemia, y el mundo todo está infestado ya.
    (para que no diga que sólo le comentamos cuando publica búsquedas amorosas de ciertos vates)

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Julia; cierto es que anda por ahí un vate que escribe a veces impropiedades; pero tú puedes comentar lo que quieras, faltaría más.

    ResponderEliminar
  3. ¡Hala!, ¿a qué vate se refiere y a qué impropiedades?
    Yo por ahora no he visto ninguna en su bloc pero si informa de cuáles son tal vez el comentarista se corrija y ya no comente más, lo digo porque tal vez fuera yo y no me diera cuenta...hablando claro se entiende la gente, dicen.
    Es que lo de las impropiedades, como todo en esta vida, depende de los ojos que lean.

    ResponderEliminar
  4. Pues no lo sé, anónimo, porque no sé quién eres y en qué laboras o qué haces. Pero loes ejemplos son tan fáciles –y están en la breve nota de arriba–. Yo creo que un especialista en medicina molecular no es el más adecuado para dirigir un parque de bomberos; y que un especialista en pragmática, pongo por caso, no debería emitir un informe sobre R. Tagore; y así sucesivamente. Conocer nuestras competencias y limitaciones, sencillamente, y admitir las de los demás.

    ResponderEliminar
  5. Creo a que el propio autor del blog no está seguro de lo que dice, o que estaría dispuesto a rectificar...

    ResponderEliminar
  6. No trabajo en el mundo académico universitario aunque los mundos de cada uno se parecen al del otro como gotas de agua ... ya se sabe, lo humano, que no lo divino. Hubo un malentendido; pensaba que se refería a comentaristas de su bloc, que le ponían impropiedades, ya me extrañaba. De acuerdo: el especialista en medicina no es adecuado para dirigir bomberos aunque, como el bombero no tenga empatía y sí mucho orgullo, presunción y poco juicio, ¡ay de los bomberos como le nombren jefe del resto!. Será caso de justicia social: poner en valor la sabiduría natural frente a la simple acumulación de conocimientos. Feliz día

    ResponderEliminar
  7. Desde luego que la universidad, desde su nacimiento, se fundó en favoritismos y mafias pero, como al que más o al que menos, en algún momento le favoreció ese sistema, pues nadie se ha enfrentado en serio contra todo ello en muchas décadas.

    ResponderEliminar