Haré post doble, porque hoy he ido a cumplir la mañana en busca de los muchos caballeros de Santiago que vistieron el correspondiente lagarto rojo en el pecho en la tribu de los villamediana y me he encontrado, primero, con una de esas mañanas espectaculares de Madrid –eso sí, muy seco todo–, de sol y frío, que me ha animado a andar, andar y andar y a recuperar espacios antiguos que hace tiempo que no visitaba despacio, desde el museo Lázaro Galdiano a la nueva embajada del Japón, la esquina de la Fundación Pastor –donde se alojaba mi buen amigo y colega, John Varey, cuando vivía en Hamstead, donde me alojaba a mí cuando iba al Westfield College–, las calles limpias, de casas preciosas de comienzos del siglo XX del Barrio de Salamanca, con los prunos floreados ya en el jardín del hospital de la Milagrosa.... Y al final, al salir del archivo, he ido buscado una vieja taberna, La Úrsula, en donde todavía se come a la madrileña, barato y bien, sin que hayan podido con ella los restaurantes de lujo, desde un Mamma Mía enfrente y otros italianos –invasores donde los haya– hasta Jose Luis, Las cuatro jotas, etc. es decir, los que son de rango ejecutivo superior. La Úrsula, lleno.
Lo que querría señalar, ademas de este despliegue de perplejidades, por lo inabarcable de los asuntos, es que, para mayor regalo, cuando estaba con documentos de Bérgamo, Bruselas y Amberes, perdido con los hábitos de Santiago de los Villamediana, me han asaltado más treinta páginas autógrafas de la letra limpia, cuidada, inconfundible, de Arias Montano. También tendré que decirlo –yo creo que no se sabe, aunque vaya Vd. a saber, en todo caso es fuente original y, por tanto, está bien subrayarlo y darlo a conocer.
Y aún tengo que publicar los documentos de fray Luis de León.
Los grandes pinos delante del AHN, en el patio del CSIC, siguen siendo su mejor escultura; pero ya he visto botones en los liquidámbares.
Y aún tengo que publicar los documentos de fray Luis de León.
Los grandes pinos delante del AHN, en el patio del CSIC, siguen siendo su mejor escultura; pero ya he visto botones en los liquidámbares.
Poco a poco y a lo que se llegue.
Que luz mas nitida! No puede hacer tanto frio, Pablo. Boston nos ha regalado hoy un dia primaveral...
ResponderEliminarPero ¿hay algo más enriquecedor que conocer nuestra propia historia? Yo agradezco el trabajo que hace y que nos haga partícipes de él en este blog.
ResponderEliminar¡Ojalá que haya más estudiosos interesados en investigar y que todos esos documentos y pergaminos no acaben destruidos o en el olvido, de lo contrario acabaremos siendo marionetas que no saben ni de dónde vienen ni a dónde van.