Al pagar en el súper me ha pasado;
la coliflor costaba dos eüros, creo,
yo iba pensando en cómo cocinarla
sin que su olor llegara a los vecinos,
la cajera metía en bolsas todo
y me ofrecía un dos por uno de algo,
mientras un jubilado me empujaba
para ver si acababa así más rápido;
perdí el control sobre la compra mientras
mis ojos destruían al jubilata,
y en esa coyuntura desgraciada
casi seguro
hubo de ocurrir
que se quedaron las cebollas fuera
y ahora no puedo cocinar las habas.
Coiliflor causante del azar, todavía con su envoltorio |
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