Este país es como es, con amplias capas y sustratos que lo identifican, con otros muchos aspectos que lo diferencian: los cuatro puntos cardinales abarrotados de diferencias y de armónicos. Por razones de trabajo, sobre todo de trabajo, durante los últimos días me he tenido que mover del sur al norte, de las islas a la raya portuguesa, y nuevamente en cada caso recalar en Madrid, con las travesías que en este caso ubicaré en Zafra (Extremadura, hacia el Sur) y Palencia (en Castilla hacia el Norte).
Y en cada caso, desde un observatorio diferente, obligado por las circunstancias: este era el observatorio del Sur:
No voy ni siquiera a resumir algún tratadillo de antropología en estas breves notas, solo a proclamar mi curiosidad, primero, y mi satisfacción, en cada caso, por haber podido disfrutar en cada rincón por donde paso de gentes, historia, paisaje, costumbres y culturas indefinibles en su integridad, cambiantes, como es rasgo de la condición humana, en la que enraízan, como soporte permanente.
Por el carácter de este tipo de lugares de comunicación –un blog– la información se va sobre todo a imágenes. Aulagas, cardos marinos de la playas de Cádiz, pitas que miran al mar, pescado que no se comercia en aceite de oliva, playas y pesqueros.... en un itinerario del sur.
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cardo marino |
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pitas mirando el mar |
Hacia el sur. Los viajes al sur siempre resultan de una gran vitalidad: se espera vida nueva, calor, naturaleza especial.... Y casi siempre se logra. Este año, por lo demás, la intensidad y cercanía de las lluvias han convertido muchos lugares en vergeles, particularmente recuerdo la campiña de Jerez de la Frontera, las enormes extensiones de naranjales que llegan en la sierra casi hasta Jabugo y Cumbres Altas,
las huertas del Guadiana.... Incluso las eras –en la mayoría de los casos se había hecho la siega y la trilla– no quedaban peladas, solo con el dorado del trigo, sino matizadas de colores de todo lo que había brotado después.
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Pesquero entrando en el puerto de Isla Cristina |
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Abubilla (sus tres notas me despertaban en mi observatorio del sur) |
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caminos al mar |
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Iglesias blancas |
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besuguitos de taberna del sur |
Tu mirada siempre interesante y abriendo ventanas nuevas al mundo.
ResponderEliminar¡Qué elegante, la abubilla, qué buena combinación fina de colores y estampado!, con una buena foto y el ave tan fotogénica y graciosa. Su observatorio es excelente, el de un aventurero; sus fotos reflejan en todo el carácter del sur, la tierra cálida y sí, parece que siempre esa luz hace que el ánimo se renueve y eche a andar más optimista. Realiza usted un estupendo viaje, que siga disfrutando.
ResponderEliminarQue envidiaaaaa!
ResponderEliminarGracias por los comentarios; esta entrada se me escapó antes de poderla terminar, porque la conexión era difícil en mi observatorio. La remedaré un poco.
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