5-3
aparece naturalmente en poesía tradicional o lírica popular, a veces con la
mezcla de otros versos menores. Por ejemplo, el romancillo de Lorca “Canción
para la luna”.
5-4
como semiversos independientes, alternando, de modo que dos de ellos sumen un
eneasílabo; en combinación original de Zorrilla y Gabriela Mistral. En Gabriela
Mistral es muy frecuente en algunas secciones de sus libros, a modo de
octavillas, por ejemplo en “Rondas”, y pasa luego a juegos con los versos
compuestos (8/9 y 10 sílabas):
4 Duerme, duerme,
5 niño cristiano.
4 Pasó el día
5 como el vilano
5 ebrio de luz
5 y canto llano
5 y el adamita
5 no vivió en vano.
………………
5/6/7 es combinación usual el poesía de raíz
popular o cantable, por ejemplo en Lorca, Alberti, Gabriela Mistral (“Que no
crezca”):
5 Que el niño mío 2.4
6 así se me queda. 2.5
6 No mamó mi leche (1).3.5
6 para que creciera. 5
7 Un niño no es roble (1).2.(4).5 v.e
5 y no es la ceiba. 2.4
7 Los álamos, los pastos, 2.6
5 los otros, crezcan: 2.4
5 en malvavisco 4
6 mi niño se queda. 2.5
………………..
5-7 base combinatoria de las seguidillas y
de sus múltiples variedades:
7 Arenal
de Sevilla,
3.6
5 Torre del Oro. 1.4
7 Azulejo a la orilla 3.6
5 del río moro. 2.4
(Gerardo
Diego)
Aun
cuando muchas veces parezca otra cosa:
3
Allá
allá lejos
4
Donde
habite el olvido
(Luis Cernuda)
5/4-8 en Zorrilla combina al mismo tiempo que
el tetrasílabo en series con el octosílabo, lo que reaparece esporádicamente en
épocas posteriores, por ejemplo en Gabriela Mistral y en Pedro Salinas.
5-7-11
en “Olor frutal” de Raíz salvaje, de Juana de Ibarbourou.
5-9
Gertrudis Gómez de Avellaneda lo combinó con el eneasílabo: Vosotras que
huís de Cupido / la dulce lid… Fórmula recogida por Darío (“A mi joven amigo
Carrasquilla-Mallarino”, en Del chorro de la fuente), reaparece de vez en cuando, por ejemplo
en “La pequeña balada de Plóvdid”, de Nicolás Guillén, en cuartetos mixtos 9ª
5b 9C 5b, de rima par sobre aguda. O en Benedetti, formando cuartetas:
9 La soledad es un desierto 4.8= 5+5= 4+4
5 está en litigio 2.4
5 no tiene sombra 2.4
5 y es puro hueso 2.4
…………..
5-10 combinación usual, como he explicado más arriba. Se encuentra ya en Avellaneda.
Ejemplo de Enrique de Mesa, en silva,
que se puede leer como formada por decasílabos hemistiquiales:
10 Del cielo limpio la zarca seda 2.4.7.9
10 manchan las nubes de tonos grises; 1.4.7.9
10 aves que emigran a otros países, 1.4.6.9
10 cruzan los picos de la roqueda. 1.4.9
5 Ya no hay verdores 2.4
10 en las orillas de la vereda; 4.9
……………………..
5-10-12
Espronceda, en “El mendigo”, arranca con un cuarteto de decasílabos 3.6.9, que
quiebra a pentasílabo, para formar un segundo cuarteto mixto (5a 10B 5a 5b), de
donde se pasa a un cuarteto de decasílabos con hemistiquios de 6+6 (=2.5+2.5)…
Lo importante en esta curiosa estrofa polirrítmica, que alcanza los veinte
versos y se repite a modo de estancia seis veces, es básicamente la combinación
rítmica de los pies óoo en los diferentes versos. Este tipo de juegos fueron
muy frecuentes durante el periodo romántico (y lo he explicado en “Tiradas
rítmicas”):
10 De los hombres lanzado al desprecio, 3.6.9
10 de su crimen la víctima fui 3.6.9
10 y se evitan de odiarse a sí mismos, 3.6.9
10 fulminando sus odios en mí. 3.6.9
5 Y su rencor 2.4
10 al poner en mi mano, me hicieron 3.6.9
5 su vengador; 1.4
5 y se dijeron: 2.4
12 “Que nuestra vergüenza / común caiga en él; 6+6=2.5+2.5
12 se marque en su frente / nuestra maldición;
6+6=2.5+1.5
12 su pan amasado / con sangre y con hiel, 6+6=2.5+2.5
12 su escudo con armas / de eterno baldón 6+6=2.5+2.5
5 sean la herencia 1.4
5 que legue al hijo, 2.4
5 el que maldijo 4
5 la sociedad”. 4
5 Y de mí huyeron; 3.4 v.e.
10 de sus culpas el manto me echaron 3.6.9
10 y mi llanto y mi voz escucharon 3.6.9
5 ¡¡¡sin pïedad!! 4
Bécquer
lo usó profusamente combinado con endecasílabos (rimas vii, xvi,
xli) incluso con 7-11 (rimas iv, xliii, li, lvi), con octosílabos (rima xii, xxix) y con decasílabos (xv, xxi, lxxii) y con heptasílabos (lix), de manera que resulta ser el metro
más acomodaticio a ritmos ajenos; casi siempre, en estos casos de combinación
con metros más extensos, rematando estrofa o con tendencia a la rama distensiva
del periodo. Los imitadores de Bécquer prolongaron estas combinaciones, que
reaparecen por ejemplo en las rimas a Teresa de Unamuno; en Confianza
de Pedro Salinas; en “Solo la muerte” (Tierra
sin nosotros)
de J. Hierro; etc.
5-11 frecuente en Unamuno, en formas estróficas, quebrando:
11 Me
miró tu hermanita con tus ojos 3.6.10
5 esta
mañana 1.4
11 y
sentí del amor nuevos antojos 3.6.7.10 v.e.
11 y
de una vida nueva, nueva gana. 2.4.6.8.10
(Teresa)
Gabriela
Mistral compuso con esta combinación sextetos de ritmo marcadamente dactílico
(véase en estrofas), tipo 5a 5a 11B 5c 5c 11B.
11-5 prefiriendo la rama distensiva del periodo rítmico, como en Pedro Salinas:
11 Quisiera
más que nada, más que sueño, 2.4.6.8.10
5 ver
lo que veo. 1.4
5-12 aprovechando la estructura de la
seguidilla, por ejemplo mediante la utilización del dodecasílabo compuesto de
7+5; así en Zorrilla:
12 ¡Nochebuena! Dios nace: / fiesta en los
cielos
7+5=1.3.5.6+1.4
12 en la tierra hacen gloria / niños y abuelos:
7+5=3.4.6+ 1.5
5 todo es vigilia 1.4
12 huelga en ella: es la fiesta / de la familia. 7+5=1.3.4.6+4
5-14
Pablo Piferrer, como ejemplo romántico, en cuartetos de alejandrinos, que
quiebran su cuarto verso:
14 Cañada solitaria / una cascada zumba, 7+7=2.6+4.6
14 de las peñas tajadas / furiosa se derrumba 7+7=3.6+2.6
14 y el negro sumidero / en que brota y retumba 7+7=2.6+3.6
5 la engulle toda. 2.4
…………..
En
poesía contemporánea es uno de los versos que con mayor frecuencia quiebra
versículos y poesía irregular:
21 Las uñas de animales inexistentes
arrancan nuestros ojos en los sueños.
5 Así
es la noche. 2.4
(Antonio Gamoneda)
11 El filo de un relámpago: ese trance 2.6
5 donde la paz 4
11 como sosiego lúcido aparece, 4.6
11 hasta que se consuma la secuencia 6
7 o salten los fusibles. 2
…………….
(Antonio
Martínez Sarrión, Farol de Saturno)
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