va la noche al encuentro de tu cuerpo
tibia el agua desnuda
se aparece
la piel abierta cuando el aire alcanza
al roce de la seda se estremece
ya las manos son rosas de diez pétalos
lazos y yemas que
un anillo tejen
tenso cerco apresado
con dulzura
en las redes del vello se humedece
nada más que el
ascenso hacia tu cuerpo
que empieza lo
que acaba cuando cede
claridad densa de la noche oscura
la oscura noche que
ansiedad padece
canta el quejido con
la sed del cuerpo
la luz se queja llena de nïeve
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