de flor lejana que traería el viento
mantuvo la memoria de la luz
el paso resistió de frío y tiempo
no sabe qué pasó con primavera
no teme los rigores del invierno
bebe sol cada vez que viene el día
se agazapa las noches en silencio
y de vez en cuando sueña colores
cielo azul rama verde campo abierto
en sus venas la savia se estremece
vida siente ilusión temor deseo
mañana nuevamente en el camino
Precioso el poema, gracias. Me sigue resultando curioso el no poner el artículo a "primavera", etc. aunque "invierno" sí lo ha logrado.
ResponderEliminarLas fotos, como siempre, le salieron magníficas: recuerdo la primera flor en otro lugar de su cuaderno aunque creo que no es la misma fotografía; la amarilla sale tan favorecida en su foto que conmueve y reconcilia con los líos de la existencia.
Creo que no es la misma foto, pero sí la misma flor, silvestre, en un jarrón de mi casa. La amarilla es una "Oenothera fruticosa glauca". En su honor, por tanto, añadiré en un post inmediato, un campo con estas flores y el jarrón con la primera.
EliminarAl quitar el artículo personalizamos el sustantivo –se dice–: "Primavera... irá a cruzar el alto solar del romancero" (AM).
Gracias
ResponderEliminarSí que es bonito. La primera flor exquisita. Acento en primavera, anónimo?
Desde Edimburgo.
ResponderEliminarSaludos.
¡Gracias! Qué floración tan bonita habrá allá al Norte.
EliminarBellísimo poema, delicado y lleno de fuerza al mismo tiempo.
ResponderEliminarSimboliza, al menos para mí, la esperanza, el potencial ¿de un país? ¿de una persona?, la perseverancia, la capacidad de absorber todos los elementos necesarios para conseguir un objetivo.
Garcias, anónimo.
EliminarPero por qué más de un anónimo?
ResponderEliminarAl primer anónimo: ahora me doy cuenta de que no era “acento” en primavera sino artículo...
Miguel, me van convenciendo más y más esas alcachofas. Esta noche necesitaría un par de ellas para la paella.
Creo que son anónimos distintos....
ResponderEliminarSe han metido las alcachofas en este blog. La vida es muy compleja