Húmedas las pupilas amarillas,
agua en los ojos negros de susana
que recogió las lágrimas de otoño
y el caprichoso sol de las mañanas,
enloquecido al alumbrar las nubes
de otoño grises; por las luces, blancas,
navegando sin rumbo entre los tilos
y asomando al azar entre sus ramas
que sin piedad podaron jardineros
para formar las rectas, grandes, largas
avenidas, que invitan al paseo,
y aceptan lo que llega, lo que avanza
sin saber lo que habrá cuando termine.
París. Setiembre. En el jardín de plantas.
susana de ojos negros |
La susana llora por su amante Julián que se ha encariñado con la quiosquera de los ojos negros, negros como la nómina de un funcionario.
ResponderEliminarBecause, :)
PD,
Bonita flor.