En sus manos me tuvo tantas veces…
me cogía y torcía, me apretaba,
cada vez que nos íbamos al cubo
el trajín de sus manos me alentaba,
casi siempre venía por la noche
otras veces temprano, de mañana,
casi desnuda, sin fijarse apenas,
con sus ojos cansados me buscaba,
asía con sus manos por el palo
y entre sus pechos cerca de su cara
hasta lograr que todo se acabase
con fuerza retorcía
y me mojaba.
Palo duro en un rincón oscuro,
el resto de la noche abandonada.
Uffffffffff la imaginación es libre, ;)
ResponderEliminarBicos.