Atardecer en el Retiro

Los paseos del atardecer se alargan, como las sombras, que juegan a esconder el amarillo detrás del estanque: mejor lo dicen las tres o cuatro fotos de esta entrada. 

Ya ha empezado la floración en muchos sitios, Chueca se ha adornado con los rojos de los membrillos del japón;  las forsitias han iluminado rincones; los almendros.... pero nada comparable ha ese gallardo desparpajo con que las magnolias de flor temprana –arbustal– han proclamado la llegada de la primavera. 

Chueca en el Retiro

Hay muchas desperdigadas por el parque, resultan sumamente graciosas las que forman jardincillos en las entradas al Retiro frente a la calle Doce de Octubre. Durarán poco, lo suficiente para que el paseante que por allí va o cruza se sorprenda con esa sonrisa de colores suaves o con la lluvia de pétalos –anuncio de su corta vida– que van alfombrando los alrededores.

El rapsoda, como cumple, escribió sus versos y se lo dedicó –vía Facebook, donde también profesa, al menos hasta que se cierre este blog, con el mes que llevamos– a los políticos, a ver si les excita la imaginación y dejan de atormentarnos con tantas sandeces y mentiras acumuladas, mientras se nombran unos a otros consejeros de empresas y bancos, y se aplauden sin pudor cada vez que se reúnen, se aplauden todos juntos a ellos mismos sin descanso.

han florecido todas las magnolias

exceso de belleza tan rosada

que a poco que el invierno se descuide

a todo lo que vuelve se adelantan

formando bosquecillos de colores

sin hojas sin perfumes y sin ramas

erguidas como gritos en el aire

canciones de colores sin palabras

pronto serán los pétalos marchitos

alfombras en la hierba derramada

belleza que parece que se extingue

de mirarla tan solo    de mirarla

ya es muy viejo sacar la moraleja:

ejemplos son del tiempo cuando pasa