Podemos se manifiesta

Podemos ha convocado hoy, en Madrid, manifestación, con una notable concentración de gente, por lo que he visto de diferentes condiciones. La concentración ha desatado aun más, si cabe, la ira de tertulianos, periódicos, partidos, comentaristas…. Un doble fenómeno que se observa cada vez de manera más clara: entusiasmo en la gente por la formación e ira y rechazo por parte de instituciones ya establecidas. 

Muy significativo encuentro la retahíla de insultos de los socialistas (los capos de Cataluña y Asturias, por ejemplo), que han alcanzado hasta al pelo o el modo de hablar de Pablo Iglesias. El desierto socialista ya  no encuentra nada que decir y  desciende a las heces de la imaginación; lo que se extiende a la retahíla de tribunos de El País, totalmente desmelenados contra esa formación y quienes la apoyan. Podemos ha servido, entre otras muchas cosas, para sacar a relucir el fondo interesado y maquiavélico de este periódico, en los antípodas de lo que hubiera debido ser prensa objetiva y de calidad.

No parecen darse cuenta de que cuanto con mayor desvergüenza y torpeza les atacan más gente decidirá votarlos: ¿cómo van a tragarse esas comparaciones que airean sobre la corrupción entre los tiburones que han devorado y hundido el país y los cabecillas –un becario, dos profes, etc.– a los que se les está buscando hasta debajo de la almohada lo que hubieran podido hacer que sirva para rasgarse las vestiduras? Cualquier día salen Blesa y Camps –por ejemplo– encabezando una cruzada para limpiar al país de los corruptos de Podemos; y el País lo publica a cuatro columnas. Resulta casi histriónico que el vocero del PP en el Parlamento se rasgue las vestiduras por la corrupción de Podemos...

El partido socialista va a desaparecer más rápidamente de lo que se pensaba, sobre todo porque ha adoptado nuevamente, y a torcidas, una postura política y no honesta: enfrentarse a Podemos.  Y usar las malas artes, las mañas. La gente lo capta. El PSOE no se conduce como un partido de veta noble. Enfrentarse, por ahora, a quienes no han hecho más que señalar que las cosas se han hecho mal –sanidad, educación, paro…–, que los políticos son una casta innoble y que hay que frenar el estado de cosas y regenerar al país es un error. Y los sociatas han caído de bruces en ese error, en vez de admitir que eso es lo que la gente cree y siente; e incluso han descendido al insulto físico. ¿Tan desarmados están? Mala cosa.

En el PP pocas vetas nobles ha habido, y es normal su enfrentamiento ideológico a Podemos. Izquierda Unida no ha sido capaz durante muchos años de crear un estado de opinión capaz de movilizar a la gente.

Podemos posee en estos momentos la llave de una conjunción extensa de voluntades e ideologías, que comulgan con que hay que regenerar el país y la clase política. Y todos los que se opongan, no a Podemos sino a esa convicción de la gente, quedarán, afortunadamente, en minoría.

Luego, hablará el tiempo.