La luz dorada
del atardecer
la luz famosa
que cantó machado
el resumen de
todos los ponientes
la que versos y
versos ha dictado
he venido a ver
cómo se termina
he venido a
dejar lo que he logrado
a saber que no
puedo ya seguir
y simular que
todo lo he olvidado
y que no prenda
en corazón ya nada
ni enreden ojos
penas amor cuidado
ser lo que
queda intensamente solo
y no volver ya
nunca a ningún lado.
Queda el verso,
con él ¿qué haremos?, ¿qué?:
que se pose al
final, por fin callado.
Ría de Cedeira, hace dos días |
El final lo pone el olvido. Cuando cueste quitarle el polvo a la memoria. Pero ese olvido es el de los otros, no es nuestro.
ResponderEliminarEl verso tarda tanto en morir que nadie puede atestiguar su muerte. No se sabe que es lo qué pasa con ellos. Tú dales vida y que ellos se las apañen.
Bicos.