Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

lunes, 8 de diciembre de 2014

Mucho Góngora y un buen Quevedo

Entre los libros de obligada consumición, dos monografías –una colectiva y otra individual– sobre Góngora, que vuelve a desatar las pasiones eruditas de sus estudiosos, y otra muy especial sobre Quevedo, de Francisca Moya, que ha recogido todas las citas grecolatinas del madrileño y las ha identificado en las ediciones que hubo de manejar Quevedo y, en muchos casos, hasta en los mismos ejemplares que fueron de su propiedad. Convergen en su espléndido trabajo otros anteriores, particularmente los de Carlos González y Sofía Simoes, que habían logrado esclarecer en gran medida cómo era la biblioteca de don Francisco.


En el caso de la abrumadora bibliografía sobre Góngora, anoto el curioso proyecto que aúna a los lectores y estudiosos del poeta cordobés para reproducir las circunstancias de su obra, incluyendo al reedición de papeles, diatribas, censuras, etc. Proyecto magno y complejo, que va incluso mucho más allá de la realidad histórica: se va a editar incluso lo que era desconocido o lo que circuló escasamente, manuscrito.  Habrán de tener cuidado mis colegas para que no les ocurra el sempiterno caso del mapa de Babilonia y semejantes: la realidad histórica "no se reproduce", es esfuerzo inútil y vano, antes al contrario, se recuerda en perspectiva o modelo, para extraer de ella una teoría que es la que se mueve entre unos y otros de manera racional: la función del crítico no es la de intentar recolectar tantos datos y circunstancias que aquello parezca real, pleno, sino la de saber hacerlo en la medida y perspectiva "teórica" (¡qué importante es esto!) que nos pueda servir a todos como elemento cultural que se inscribe en nuestra propia conciencia. 
Una de las monografías, la de Mercedes Blanco, tiene mayor enjundia, porque pone en juego una teoría sobre "la tradición épica", que ha de ser reseñada y discutida en otro foro; aquella sobre la que incidió, por cierto, Quevedo, unos diez años después de fallecido el poeta cordobés, con un poema grotesco –una cierta contestación a culteranos– El poema de las locuras de Orlando el enamorado. 

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