Un día de julio se monta un puente –con pontones, flotantes– que va del templo del Redentor, en la Guedecca, una de las islas de Venecia, a la parte central de la ciudad: el puente interrumpirá la circulación del gran canal durante 24 horas y permitirá, por el contrario, que se pueda pasar andando de un lado a otro. Los venecianos lo hacen y aun más, la fiesta religiosa en su origen, se convierte en una fiesta popular: la Guedecca se llena de gente y los vecinos del barrio sacan sillas y mesas para cenar a orillas del canal o en las plazas y calles... También acuden barcas de todo tipo, en donde se repite la escena de grupos de gente con cena y música. Todo termina a media noche con unos fuegos artificiales.
Elrapsoda escuchó que desde una de las barcas llegaba la música de Los niños del Pireo.
Manos Jatzidakis
Los niños del Pireo en la Guedecca,
fiesta popular
del Redentor
en una noche
intensa y calurosa;
toda Venecia ha
atravesado el puente
que cruza el
gran canal, solamente hoy,
mientras que se
resuelve en comida
el modo de
estar juntos, de ser
y sentirse con
todos los demás.
He encontrado
un rincón en Ponte Picolo
para mirar los
fuegos de artificio
y no ser
arrastrado por el mar
de gente que
deambula por la orilla.
El canal se ha
llenado de barcazas
de las que
viene música de rock.
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