No sabes quién
te ha dejado donde estás.
El caso es que
parece que el camino
se va a acabar
pronto en cualquier esquina;
dicen que nunca
dan los resultados,
que las
sorpresas son morrocotudas,
que luego nadie
escribe si ha llegado:
será señal de
que se está muy bien
o de que
algunas cosas se prohíben.
Yo no me canso
de mirar, quizá
se nos haya
pasado algún secreto
y todo tenga
explicación sencilla,
una
equivocación de la materia.
Trato a las
piedras mientras tanto
como hermanas
de sangre y de fortuna.
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