Una glicinia
que remonta el muro
y una campana
que distante suena,
la tarde que se
va y alarga sombras
y estos versos
de amor que no te llegan;
y no te llegan
porque nunca existes,
eres tan solo
lo que el verso intenta,
el esfuerzo
para llevarte al lado;
no existe nada
que no sea tu ausencia;
me voy contigo
a donde me acompañas
solo en los
versos estuviste cerca
el ritmo de mis
voces eran labios
melodía y canción
y beso y queja
Mira conmigo
esa glicinia en flor
que abre su
aroma azul y al muro trepa.
Pero estas en Venecia?
ResponderEliminarEl rapsoda está en Venecia en la fiesta de la Giudecca, de la que me ha dicho que hablará.
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