mañana iremos a morir parece
la tarea de ser ya terminada
oculto el corazón en sus recuerdos
y la voz de los versos apagada
al barro donde va lo que se hizo
a no ser lo que empieza y lo que acaba
agotado el silencio del pasado
sin temor de un futuro que no estaba
mañana ya seremos lo que queda
algo que fue que amó y algo que pasa
por fin dejar que la canción no diga
y rebasar la luz de la montaña
iremos porque sí porque se va
y sin saber ni preguntar ya nada
hermoso poema te felicito
ResponderEliminartienes una manera muy especial de escribir
un placer haber dado con este blog
saludos desde argentina
Muchas gracias!
ResponderEliminarDentro de poco andaré por allí, por Buenos Aires.
Una visión de la muerte que se comparte y que deja entender que ya poco queda qué hacer.
ResponderEliminarEs curioso esa unión del mañana con el pasado.
Bicos, ave viaxeira.
Me ha parecido muy bello ese octavo verso. Voy a hacer como hacía Sofía y poner otro texto (no un poema) que explora ese mismo terreno y que me ha venido a la memoria nada más leer ese verso. Es de La nieve del almirante, de Mutis. Le encuentro, -no sé si me equivoco-, una sensibilidad parecida. Después de buscarlo, dice así:
ResponderEliminar“En el Crac de los Caballeros de Rodas, cuyas ruinas se levantan en un acantilado cerca de Trípoli, hay una tumba anónima que tiene la siguiente inscripción: “No era aquí”. No hay día en que no medite en estas palabras. Son tan claras y al mismo tiempo encierran todo el misterio que nos es dado soportar”.
"No era aquí". No cabe mayor sencillez, ¿verdad?
ResponderEliminarGracias