con la única misión de darte un beso
iremos al Botánico esta tarde
será en la plazoleta de los tilos
debajo de la bóveda de un sauce
antes habrá miradas y caricias
inequívocos gestos que preparen
la oferta de los labios en los labios
para un beso profundo lento y suave
iremos por el parque a nuestro paso
esperaremos a que no haya nadie
los ojos en los ojos mientras tanto
que el beso que llevamos se nos hace
y que la noche encienda luego luces
Con su poema y las fotos que lo ilustran de luz y verdor tan bonitos, realmente, dan ganas de besar y besar; si no fuera, eso sí, por el ambiente tan pobre, mezquino e hipócrita que nos va acechando, cercando y nos acongoja el alma, con tanta gente viviendo en la calle que aún conserva la dignidad pero se les acabará por impotencia. Su página es un oasis, gracias. Iré mirando arriba hacia las copas de los árboles, como hacen sus fotos, para encontrar el remanso de paz primaveral y la tranquilidad; mejor ahora que llega el calor -sobre todo si uno es pobre y no tiene donde guarecerse.
ResponderEliminarTienes razón anónimo, sobrada razón; el mantenimiento y la apertura de pequeños espacios, naturales por ejemplo, en donde poder respirar y seguir puede compensar este aparente abandono –solo aparente– de lo que sigue siendo más importante: la dignidad y la vida de todos.
ResponderEliminarMe habéis estropeado el disfrute de las fotos y poema...
ResponderEliminarDon libra (creo reconocerlo) ya no pasa por mi blog? También hemos tenido unos días duros por Boston...
Gracias por las fotos, Pablo.