Primavera entre
vientos y borrascas
los paisajes de
blanco se ha vestido,
dejando nuevas
hojas en los árboles
y un revuelo de
flores en los guindos
que la linde
señalan de los campos
junto al boj,
los laureles y los mirtos,
como es
costumbre de esta fértil tierra
a la que no se
atuvo el peregrino,
que se trajo
del sur un alcornoque,
heliotropos,
granados y un olivo;
y ha logrado
que aquí, cerca del mar,
se expandan los
aromas de los lilos.
La rama de una
celidonia en flor
la luz del
valle pinta de amarillo.
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